Livide: Herencia Maldita, una película catalogada dentro del cine de terror francés, fue originalmente exhibida en salas en el año 2011 y archivada en la congeladora debido a su mala recepción. Fue hasta este año que se exhibió en salas mexicanas como una de las tantas películas de relleno que suelen intercalar los cines en su programación. La recepción por parte del público ha sido la esperada: salas vacías y, muy posiblemente, su salida de cartelera en esta misma semana.

En mi opinión, creo que se le ha juzgado de una forma innecesariamente agresiva, y quiero creer que todo el problema se ha suscitado por una mala campaña de marketing. En principio, porque no debió ser catalogada como una película de terror. Su propuesta es bastante extraña. Tal vez los primeros minutos pueden darnos la idea de que se trata de otra película de fantasmas, pero conforme se va desarrollando la trama, nos damos cuenta de que es tan extravagante que se trata de una fantasía oscura, en donde el escritor se ha permitido mezclar varios géneros.

La historia va de una chica con heterocromía iridis, una condición en la que la pigmentación del iris difiere significativamente de un ojo al otro,  que comienza a trabajar como ayudante de una enfermera geriátrica. De la voz de ésta se entera, en una visita a una mansión en donde vive una anciana en estado comatoso, que se rumora que guarda en su interior un tesoro escondido, ya que la anciana es inmensamente rica y no tiene herederos. De buenas a primeras, la chica se lo cuenta a su novio, quien de inmediato muestra sus intenciones criminales y le propone asaltar la mansión en compañía de un amigo. Aunque reticente, la chica accede después de evaluar su mala posición económica y el poco daño que podría hacer a una anciana en esa condición.

Es a partir de la intrusión a la mansión que comienzan a desatarse fenómenos inexplicables: fuegos sobrenaturales y objetos que se mueven solos, serán los primeros en hacer su aparición. Pero las cosas se tornan peligrosas cuando acceden a una sala que se hallaba cerrada, luego de tomar la llave que reposaba sobre el pecho de la anciana.

Entre escenas sangrientas del pasado y del presente, se manifiestan una gran variedad de situaciones extraordinarias que tienen mucho de paranormal, de fantástico y de terrorífico, sin que este último elemento sea característico de toda la obra. El desenlace es tan surrealista como intrigante, dejando al espectador una infinita elección de escenarios para explicar todo lo que ha visto.

Es de aplaudir la excelente interpretación de las jóvenes actrices Chloé Coulloud y Chloé Marcq. La escenografía, así como la caracterización, me han parecido destacables. Sin embargo, es una pena que la música no haya estado a la altura, sobre todo en escenas altas. La historia es interesante, aunque sus extraños giros le han restado la importancia que merecía. El público de las películas de terror no está habituado al surrealismo dentro de algo que debería ser sensacionalista, más cercano a nuestros miedos. Sin embargo, considero que este atrevimiento es el que destaca en Livide, convirtiéndola en una obra única en su tipo. Me ha recordado a Guillermo del Toro en sus inicios con su ópera prima La invención de Cronos.

Si hubiera que ofrecerle una calificación, ésta sería superior a 7. Livide: Herencia Maldita debe ser vista con los ojos y la mente bien abiertos.