El Libro de la Selva es la adaptación en live-action del homónimo clásico de Disney de 1967. Ambas, una interpretación animada del libro de Rudyard Kipling de 1894, del cual se toman referencias a los personajes, pero poco en sí de la narrativa.
En esta historia conocemos las aventuras de Mowgli (Neel Sethi, voz doblaje: Matías Quintana Ortíz), un “cachorro humano” que es criado dentro de una tribu de lobos por Raksha (voz: Lupita Nyong’o, voz doblaje: Regina Orozco), liderada por Akela (voz: Giancarlo Esposito, voz doblaje: Gerardo Reyero) y quien se ve en conflicto y la necesidad de huir de lo que conoce como hogar. La propia existencia de este cachorro distinto a todas las especias animales despierta inquietud. Pero para el tigre Shere Khan (voz: Idris Elba, voz doblaje: Víctor Trujillo) es más bien una amenaza.
Guiado y protegido por sus dos mentores, su voz de conciencia y rectitud, la pantera Bagheera (voz: Ben Kingsley, voz doblaje: Enrique Rocha); y su espíritu de libertad y filosofía selvática, el oso Baloo (voz: Bill Murray, voz doblaje: Héctor Bonilla); Mowgli se embarca es un viaje de auto descubrimiento.
Durante el camino, conocemos a más personajes que enriquecen las aventuras, como la serpiente Kaa (voz: Scarlett Johansson, voz doblaje: Susana Zabaleta), el Rey Louie (voz: Christopher Walken, voz doblaje: Francisco Céspedes) de los monos, entre otros.
El libro de la Selva es una historia sencilla, pero con mensajes muy humanos. Por una parte, eso mismo de conocer que es en verdad o que convierte a un cachorro de la selva en humano, y por otro lado el aspecto de respeto y convivencia con la naturaleza.
La dirección corre a cargo de Jon Favreau, quien ha resultado ser como una moneda al aire, con producciones muy acertadas y otras rotundos desatinos. Pero en esta ocasión resulta una pieza clave y fundamental para el éxito de la película.
Tiene de entrada un triple reto de dirección, el único humano y actor que vemos en pantalla, es un niño, un reto por sí sólo, un niño actor extremadamente novato, doble reto, y actúa al casi 100% en pantallas azules, tercer increíble reto.
Y agrega el que no sólo debe ser un director convencional, sino uno de estos nuevos directores de escenarios completamente ficticios, y ser al mismo tiempo un director de voice-over. Sin lugar a dudas un trabajo excelente de Jon Favreau.
Unas voces de lujo, en verdad, en inglés y en español. Un trabajo sumamente bien ejecutado, con un cast muy bien logrado y pensado.
Solo dos pequeños inconvenientes a título personal. El star talent original, es solamente eso, un recurso excelente actoral, que sí tiene una buena selección de voz, pero que se queda en solo eso, su voz normal, sin alteraciones o sin transformaciones para convertirse en estos nuevos personajes animados. Scarlet e Idris destacando un poco con el trabajo de modulación.
Muy a diferencia del trabajo que se hace en español. Donde sí, se recure a algunas celebridades catalogadas como star talent, pero con experiencia ya en trabajos de doblaje y con voces con mucha personalidad.
Héctor Bonilla se lleva el aplauso completo, sobre él recaía el peso de intentar igualar el magistral trabajo de Germán Valdés ‘TinTan’ del clásico original y lo logra, a su estilo. Víctor Trujillo es un deleite y una explosión de fan ochentero al volverlo a oír en una voz felina. Hasta Zabaleta, con su poca experiencia como actriz de voz, saca la casta. El desatino más grande, Francisco Céspedes, que no tiene como salvarlo. Y su canción es el peor desatino de la película.
El nuevo guión, a cargo de Justin Marks, aunque adapta cosas de la versión del 67, da un nuevo tono, más vivo, real, con muchísima más magia. Al mismo tiempo que baja a un mensaje con mayor peso y contundencia, no sólo pensando en divertir y entretener, sino educar y transmitir emociones.
La historia fluye muy bien, aunque si encontramos momentos extraños, como la aparición de la serpiente Kaa, que pudo no existir, y algunos brincos en las aventuras. Creo que fue la edición final intentando no alargarse mucho, pero queriendo dejar ciertos momentos, aunque tampoco es un error tan garrafal.
Los efectos especiales son en verdad una joya. La apertura inicial, sobre todo en 3D, te hace sentir que navegas en escenarios reales dentro de una jungla, cuando prácticamente todo es generado por computadora. Y donde supera incluso a producciones como Avatar, es el hecho que inventar nuevos mundos alienígenas y criaturas fabulosas es tarea titánica, pero escenarios y animales naturales, que el ojo humano está acostumbrado y el cerebro los tiene grabados, y lograrlo, es de suma admiración.
A diferencia de la caricatura, este live-action no es musical, pero incluye dos canciones que parecieran cumplir un propósito de fan service. La clásica de Baloo “Busca lo más vital” /” The Bare Necessities”, que tiene lugar y justificación completa, ayuda a darle corazón a la personalidad de tan querido personaje y acentúan el espíritu desafanado de libertad y relajación ante la vida. Pero la canción del Rey Louie “Quiero ser como tú” / “I Wan’na Be Like You”, es abrupta, sin razón, rompe con todo el tono que llevaba su aparición y su misma imagen. Es genial oír el swing del señor Walken, pero fue un recurso muy mal usado. No se diga con Céspedes.
Lo que quizá para algunos muy puristas de la historia del libro de Kipling es que no es una adaptación del libro como tal. Quizá no sea algo incómodo para quienes crecimos con las animaciones clásicas de Disney, porque tal cual es un remake de El Libro de la Selva, el animado, y en esta nueva versión si se adaptan pequeños detalles de la obra original, pero se queda corta con el libro. Es probable que no quisieron desviarla mucha del clásico animado. Lo que sí, es que al ser llamada “EL” libro de la selva, creo que pudo respetar más a “EL” libro.
Por años las películas con actores reales de Disney jamás lograron cautivar y se iban directo a producciones home-video. Con ligeras excepciones, toda película no animada era destinada a caer en permanencias voluntarias de cadenas de televisión abierta. Esto ocasionó que siempre esperáramos con añoranza las animaciones magistrales y llenas de magia que por años nos enamoraron. Con El Libro de la Selva, Disney descubre como cautivar, emocionar, entretener y le da su vida y su magia a un nuevo mundo.
Sin duda, la mejor versión live-action de Disney. Totalmente recomendable.
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