Ganadora en el festival Una Cierta Mirada en el Festival de Cannes y nominada a múltiples premios de la Academia Mexicana,  La Jaula de Oro, dirigida por Diego Quemada-Díez se ha colocado como una de las grandes candidatas a ganar los Arieles.

Con la actuación de los actores juveniles Brandon López, Rodolfo Domínguez y Karen Martínez, La Jaula de Oro nos lleva a seguir los pasos de unos migrantes guatemaltecos que cruzan la frontera sur con el objeto de llegar a los Estados Unidos a bordo de «La Bestia», el tren que cruza nuestro país desde Chiapas hasta Baja California Norte. En el camino se toparán con un indio tzotzil que no sabe hablar español y pronto el grupo emprenderá un éxodo en el que conocerán los riesgos y peligros que todo inmigrante centroamericano va a sufrir en el afán de llegar a cumplir el sueño americano.

El director español logra en ésta cinta tomar una imagen íntima de los problemas que vive el inmigrante, los puntos positivos y negativos de un país que no le cierra las puertas con llave a sus vecinos del sur para intentar llegar a Estados Unidos, pero si le cobra un alto precio por intentarlo, entre policías corruptos y el crimen organizado. También encontrarán gente dispuesta a ayudarles, ya sea con actos de caridad u ofreciendo refugio y trabajo en algunos puntos. El México de estos tiempos que es rudo, pero aún con un corazón blando.

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Tres pequeños migrantes intentan hacer el sueño americano realidad a bordo de La Bestia.

La cinta mantiene la crudeza que muchas cintas mexicanas han mostrado en éstos años, quitando el glamour o los toques excesivos para darnos una cinta que sabe expresar el mensaje de los personajes, aun cuando cometen el pecado de no meter subtítulos en los diálogos del personaje tzotzil, quizá en el afán de tener al cinéfilo tratando de entender mejor sus intenciones en las acciones que hace. Quemada-Díez tiene algunas fallas en la producción, como cosas que no se remarcan en las escenas, como tener  a un personaje cruzar el desierto y sobrevivir sin siquiera sudar o poner realmente las intenciones de uno de los personajes del cual nunca sabemos la razón de su presencia en el filme, solo su acción.

La película en sí, calará hondo en su trama, abusando de un excelente trabajo de cámara, donde las tomas largas, que intentan remarcar algunas intenciones, se alargan demasiado y se pierde por completo el sentido. La fotografía de ésta cinta, quitando esos errores, es una de las mejores de éste año. Las actuaciones no son la gran cosa, pero saben mantener coherencia en el filme, destacando Rodolfo Domínguez como el indio tzotzil. La música es incidental y sabe manejarse bien, con un soundtrack muy bien llevado, donde incluso una canción de El Gran Silencio destaca en una escena.

Es una cinta que no se va a ir de la entrega de los Arieles sin un premio en la mano, en lo particular ésta cinta es una buena opción para quienes creen aun que se puede aprovechar el cine mexicano que consideramos «de arte». Aunque se ve que es gran candidata a pelear el Ariel a Mejor Película, si la dejaría debajo de Los Insólitos Peces Gato.

Calificación: 8