Vamos a extrañar sin duda a James Gandolfini, uno de los actores que más nos sacudió la década pasada cuando interpretó al mafioso y padre de familia Tony Soprano en la serie de HBO, Los Soprano, una de las series que ganó tanta fama que hasta fue de las pocas series del canal de paga que se transmitieron en televisión abierta en nuestro país. Y para cerrar el año vimos la última película de su carrera, La Entrega, donde comparte créditos con Tom Hardy y Noomi Rapace y es dirigido por Michaël R. Roskam en su primer filme en Hollywood.
Bob (Hardy) es un tabernero que trabaja con su primo Marv (Gandolfini) en una cantina que constantemente recibe «entregas», dinero que la mafia deposita y retira de las tabernas secretamente. Un día Bob es involucrado en dos hechos distintos, en uno encuentra a un perrito lastimado en el bote de basura en la casa de una chica llamada Nadia (Rapace) y ambos deciden curar y cuidar al animal, del otro lado, un asalto es perpetrado en la taberna, y la mafia, dueña del bar, urge a ambos a recuperar el dinero. Sin embargo muchos secretos comenzarán a develarse en medio de la resolución del segundo incidente y la aparición de un perturbador y misterioso Eric Deeds (la estrella del cine europeo Matthias Schoenaerts), quien clama ser el dueño del perro y lo quiere de vuelta.
La cinta es una caja de sorpresas. No cabe duda que la historia evoluciona bien al ir entretejiendo los dos eventos principales de la cinta para ir develando cada vez más y más sorpresas de los personajes, de ir manejando la psicología de Bob, un personaje que se puede prestar a muchas sorpresas y que es interpretado de manera impresionante por Tom Hardy quien demuestra que no necesita que le «doblen» la voz (léase con máscara de oxígeno puesta «…tienes mi permiso para morir…») para darnos un gran personaje, quizá un tanto con influencias de personajes que hemos visto antes en películas de mafia italiana e incluso en Rocky (el estilo de hablar me recordó mucho al personaje de Sylvester Stallone), tomando el peso de la cinta sobre sus hombros sin dejarla caer.
De Gandolfini, no podíamos esperar menos, pues está claro que jamás se quitará el estigma que le quedó interpretando a Tony Soprano y su personaje, aunque menos refinado como el administrador del bar con sus secretos y problemas (que no son tan bien explorados), pero que tiene dos o tres escenas, especialmente una con Hardy que nos hace entender la gran pérdida que implicó su muerte el año pasado.
Del resto del elenco resalta la actuación del actor belga Schoenaerts quien hace un personaje perturbador, inquietante, que nos deja de pronto un juicio sobre él y que nos dejará al borde del asiento con las acciones que va a haciendo durante la trama. Es un actor que ha triunfado en Europa y con esta cinta demuestra que tiene potencial para hacer cosas grandes. Pienso que incluso se roba la cámara frente a Hardy y a Rapace, quien cumple con su papel pero es opacada por los otros tres actores.
La cinta cuenta con una fotografía agradable y una buena producción, aunque el guión y la dirección aflojan por momentos, hay dos escenas en particular donde el diálogo se torna más como si el guionista o el director no supieran que querían realmente decir los personajes, y mientras que una de esas escenas Gandolfini sabe llevarla a buen puerto, en la otra quedan los actores algo mal parados. Otra escena suelta detalles de uno de los personajes, pero no son de mucha utilidad más adelante. Pero el desarrollo de la historia no se perjudica con ello y si bien es algo lenta, se entiende muy bien hacia donde va.
No es una cinta tan violenta pero en ratos si tiene momentos de suspenso, algo de sangre, pero eso sí, bastante tensión y expectativa, como buena novela de misterio. Si buscan cerrar el año o empezar el siguiente con una cinta con buen trabajo actoral y un desarrollo lento pero sumamente interesante, La Entrega les va a agradar.
Calificación: 7.5
