Sin duda Woody Allen, ese director y actor que destacó en los 80´s con sus nerviosos personajes marcados por su peinado revuelto y sus lentes redondos y que nunca ha gustado de las premiaciones, parecía haber decaído cuando su personaje envejeció y no encontró como acomodarlo en otras cintas, en medio de los escándalos que lo hicieron abandonar la luz pública por mucho rato.
Mas en los últimos años, Allen ha ido creciendo como guionista y director, si bien sus primeros intentos fueron buenos pero no tan memorables como sus cintas anteriores (Match Point, Medianoche en París, una de mis favoritas por cierto, Vicky Cristina Barcelona o To Rome With Love), pero ha ido mostrando que sigue explotando bien su recurso en personajes con singularidades o problemas mentales que suponen un reto para sus actores y actrices. Esto es lo que veremos en Jazmín Azul.
Jazmín, es una mujer que lo ha perdido todo: marido, fortuna, poder y respeto, lo que la hace trasladarse de Nueva York a San Francisco para intentar empezar de nuevo tomando como base la casa de su hermana Ginger, una no tan afortunada mujer que apenas y tiene una vida algo decente. Jazmín intenta a base de su encanto y actitud escalar peldaños en la sociedad californiana, pero su inestabilidad mental, sus gustos caros y, lo mas importante de todo, su pasado, marcarán ésta historia.
La historia maneja en medio de la trama principal, una serie de recuerdos de la personaje, que nos permite entender poco a poco a un personaje que va desentrañando Cate Blanchett de forma impecable, Jazmín es un personaje con serios problemas mentales, con un despliegue de muchas actitudes que van escalando desde los recuerdos en épocas mas felices donde se ve esta actitud firme y orgullosa hasta su situación actual donde la ansiedad y la neurosis literalmente la transforma en cuestión de segundos. Blanchett es formidable en su actuación, del tipo que realmente le gustan a la Academia y que le ha valido varios premios y pienso que es una de las candidatas mas firmes a ganar los premios a Mejor Actriz en el 2014.
El resto del trabajo se centra mucho en la cuestión fotográfica y en un reparto que apoya bien la actuación de Blanchett, pero no lo suficiente como para hacer una película tan memorable. Sally Hawkins (Happy Go Lucky) hace el papel de Ginger que es el mejor personaje después de Jazmín y realmente lleva muy bien a una mujer que ha sufrido por su hermana y de momento parece que le perdonaría todo y que es fácil de manipular; Alec Baldwin (30 Rock), además, hace un papel corto pero memorable como el marido de Jazmín que solo necesita un momento de buena actuación y un buen rato de presencia.
En cuanto a dirección e historia veo una cinta que es entretenida en el aspecto de observar el desarrollo de un personaje, aunque la fotografía que evoca buenos lugares de San Francisco y las costas neoyorquinas hace un gran trabajo, no parece el resto de la producción suficiente para aspirar a muchos premios. Eso sí, no es una película palomera, vale la pena para el análisis y verla con cafecito en mano, pero no es para salir contentos del cine, sino para admirar el trabajo actoral de Blanchett.
En mi escala personal le pongo un 8.5 y mi firme convicción de que el Óscar a Mejor Actriz viene pintado de Azul… de Azul Jazmín.
