Cuando hablamos de Angelina Jolie, hablamos de un talento que no está divorciado con la belleza. Durante toda su carrera artística, ha demostrado en varias ocasiones que tiene lo necesario para ofrecer lo mejor de sí a la pantalla grande, iniciando por cintas como Inocencia interrumpida, que le valió un Óscar y el Globo de Oro a Mejor Actriz de Reparto, y pasando por varias cintas de acción, desde la adaptación del personaje de videojuegos con Lara Croft: Tomb Raider y Lara Croft Tomb Raider: La cuna de la vida, así como la cinta El Sr. y la Sra. Smith, la cual co-protagoniza al lado de su actual esposo, Brad Pitt. A estos filmes seguirían Un corazón invencible, El Intercambio, El Turista y Maléfica, sólo por mencionar algunos.

Sin embargo, Angelina no se ha conformado con su papel de actriz, y desde el año 2011 ha despegado como una guionista y directora bastante competente. Su primera película, La tierra de sangre y miel, obtuvo opiniones divididas debido a la polémica suscitada al haber estado ambientada en la ciudad de Sarajevo y sus alrededores, antes y durante la guerra de Bosnia. Sus bondades no pasaron desapercibidas, y por ella recibió la mención honorífica del Sarajevo Film Festival, así como el premio Stanley Kramer del Producers Guild of America. Fue nominada a mejor película en idioma extranjero para la 69a entrega de los Globos de Oro, y ganó el premio a la mejor película extranjera de la Asociación Nacional Americana para el Avance de la Gente de Color.

Su más reciente cinta, Inquebrantable (Unbroken) ha sido nominada a los Premios de la Academia dentro de las categorías de Mejor Cinematografía, Mejor Edición de Sonido y Mejor Mezcla de Sonido, y se encuentra dentro de varias listas como una de las 10 mejores películas del año 2014. En esta ocasión nos toca averiguar si vale la pena como uno de los pocos filmes de guerra que aparecieron el año pasado, ya sea por las categorías previamente mencionadas o por la actuación, el guión y la dirección del mismo. Los invito a que se queden conmigo en esta reseña que espero disfruten.

Inquebrantable narra la historia de Louis Zamperini (Jack O’Connell), una estrella olímpica y un héroe de la Segunda Guerra Mundial, que, durante una misión militar, tuvo un accidente en el Océano Pacífico, del cual sobrevivió junto a dos compañeros. Pasaron 47 días a la deriva en una balsa, hasta que fueron encontrados por soldados japoneses, quienes los torturaron y los tomaron como prisioneros de guerra durante dos años. Es adaptación de la novela homónima de Laura Hillenbrand, publicada en el año 2010. Como dato curioso, Louis Zamperini murió el 2 de julio de 2014. La película fue estrenada el 25 de diciembre en EEUU.

Inquebrantable está dividida en tres fases bastante evidentes: el nacimiento de la estrella olímpica, debido a la influencia de su propio hermano desde su niñez, su experiencia como soldado en la Segunda Guerra Mundial, y su caída después del accidente en avión en manos del enemigo.

La primera parte nos deja claro el crecimiento del personaje, que pasa de ser un niño sin ninguna motivación a un joven atleta que compite en los juegos olímpicos de Berlín, en 1936, previo al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Zamperini deseaba participar en los juegos olímpicos de Tokyo, cosa que se vio frustrada debido a la renuncia de Japón por el inicio de la Segunda Guerra chino-japonesa. La segunda parte, que es en realidad el inicio de la película -lo anteriormente mencionado se presenta en forma de flashbacks-, nos muestra su vida dentro del conflicto armado, siendo parte del equipo de uno de los tantos bombarderos ocupados en tareas de destrucción táctica en Japón. Y la tercera, que es posiblemente la más emotiva, nos muestra las penalidades por las que hubo de pasar, incluyendo su naufragio, el posterior rescate y tortura por parte del enemigo, y el tiempo que pasó como prisionero de guerra.

Desde el punto de vista técnico, la película tiene sus pros. La reconstrucción de escenarios y de escenas específicas -como la escena de entrada de los bombarderos en pleno vuelo-, dan una sensación de realismo bastante impactante. La misma batalla que se presta en contra de los cazas japoneses nos deja al filo del asiento. Sin embargo, pronto vemos que estas escenas no constituyen la mayor parte del filme.

La retrospectiva hacia su vida de atleta no se encuentra vacía. Vemos una reproducción convincente del ambiente de los años 20-30, que nos transporta a cintas de aquella época. La reconstrucción del estadio olímpico de Berlín, y en particular, la escena del encendido del pebetero, nos muestran que hubo la suficiente documentación para crear la sensación de verosimilitud en el espectador.

O’Connell nos regala una interpretación adecuada, si bien no lo suficientemente destacable como para ser nominado a premio alguno. Su edad adulta, nos da una idea clara de lo que tuvo que pasar en su infancia para sacar fuerza y coraje, y así convertirse en un buen corredor. Pero no es sólo eso, sino la intención que surge del fondo y que nos muestra que Zamperini es un hombre no traiciona sus convicciones, un hombre con integridad que se convierte en un luchador durante toda su vida. Sin embargo, hay escenas que desde mi punto de vista requerían una mayor entrega emocional. En este aspecto, Takamasa Ishihara realiza un mejor papel al interpretar al oficial japonés Watanabe, pues en ocasiones se puede sentir su enojo y hasta su desesperación por ser incapaz de doblegar el espíritu de Zamperini. Un papel bastante decente para alguien que en la realidad se desempeña como cantante de J-Rock.

También podemos apreciar interpretaciones de Domhnall Gleeson, como Phil, y Jai Courtney, como Cup, compañeros en desgracia de Zamperini luego del accidente aéreo que terminó en un largo naufragio. Sin embargo, la dureza de los personajes nos hace dudar en ocasiones de su humanidad. En mi opinión, debieran mostrar la desesperanza, la tristeza e incluso el llanto, por tener ante sí un destino tan trágico. Y en este sentido entiendo que, aunque alguno habría de sacar fortaleza para darle fuerza a sus compañeros, da cierta sensación de incredulidad en un caso que sabe real -casi una biopic, si se quiere- de un ser humano que pasó por muchas vicisitudes.

Concluyendo, considero que las nominaciones que le fueron otorgadas a Inquebrantable están plenamente justificadas, y no me sorprendería que ganara cualquiera de las tres, aunque en lo personal apostaría más por Mejor Cinematografía. Creo que no es precisamente una historia memorable, y en cierto sentido se queda corta, al no mostrar el lado humano de Zamperini. A veces pareciera que estamos viendo a un Rambo venido a menos, un hombre demasiado duro que sólo en alguna escena muy puntual manifiesta un dejo de sufrimiento. En cambio, sorprende la buena actuación de Takamasa Ishihara, aun cuando sus líneas no sean precisamente muy complicadas y por cuya razón no fue tomado en cuenta como Mejor Actor de Reparto. El guión no es precisamente formidable, pero viniendo de Angelina Jolie, creo que podemos darle cierto crédito. Saltar de la actuación a la dirección, es una movida arriesgada, y ella parece estarlo haciendo bastante bien como para esperar obras más remarcables en el futuro. Le doy un siete. Vale la pena verla en cine.