¿Estás listo para un reto? Ve preparando tus dedos y tu paciencia pues tenemos para ti un juego que promete emular bien los retos de los juegos de acción de 16 bits, con un entorno gráfico de 8 bits que te hará pensar en las posibilidades que pudo haber tenido un NES con dos botones más en su control.
Estamos hablando de A Hole New World (juego que te hará sufrir por encontrar datos en Google por cierto parecido con una canción de la película Aladdin), distribuido por Mad Gear Games, que debuta en Steam, Xbox One y Playstation 4. ¿Qué tal resultó esta animada aventura con look y música retro?
TE PUEDO MOSTRAR UN MUNDO… COMPLETAMENTE DE CABEZA
El mundo de Versee tuvo en algún momento la presencia del mal, lo que obligó a la Diosa del planeta a usar su poder para hacer un mundo donde hubiera solo bien y otro donde hubiera mal, pero quedó tan débil que tuvo que dividir su poder en seis gemas distintas. Cuando un demonio conquista el mundo «malo» encuentra la manera de abrir un camino para llegar al mundo de los buenos… creando hoyos y barrancos por donde salen sus demonios.
Es entonces cuando tomamos el control del Potion Master, un personaje sin nombre cuya habilidad es precisamente lanzar pociones que dañan a los enemigos, y, aunque pronto vemos que sus poderes son insuficientes para contener a los demonios, con la ayuda de una hada, el Potion Master se encaminará para buscar las gemas de la Diosa y obtener suficiente poder para enfrentar al mal.
El juego, tal y como lo ofrece el desarrollador, carece de un tutorial o de una guía, así que prácticamente te tienes que lanzar a través de un pueblo en llamas, con gente y gatos corriendo por todos lados y pronto te darás cuenta que cuentas con dos movimientos básicos, saltar y lanzar pociones, dichas pociones toman una trayectoria específica al lanzarse y de ahí nos damos también cuenta que los precipicios no te matan, por el contrario, te muestran un mundo inverso, con la gravedad al revés, así que si caes, serás atraído por la gravedad del mundo normal y volverás a la superficie.
Como los viejos juegos de antes, tienes tres vidas, una barra de energía (la cual nunca aumenta) e incluso tendrás una puntuación, la cual te dará vidas extras al llegar a los 10 mil y 30 mil puntos. Posteriormente recibirás la ayuda de un hada la cual funciona como un súper ataque cuando mantienes el botón de ataque apretado y también funciona para llevarte a los puntos de guardado si pierdes tus tres vidas. Curiosamente al perder una vida, comienzas donde caíste, excepto si enfrentas a los jefes, donde quedarás en el último punto de guardado.
Cuando enfrentas a los jefes es donde las comparaciones con Mega Man comienzan, algunos jefes tendrán un patrón de ataques definido, el cual, en cierto punto incrementa mucho su dificultad, pero al ser derrotados podrás quedarte con su habilidad, la cual se traduce en una nueva opción para lanzar, una que se torna un relámpago, otra que rebota por las paredes o una que lanza cuchillos de sangre, además de algunas habilidades extras.
Si bien el juego parece tener un solo modo de juego, lo cierto es que al derrotar al último jefe se desbloquean varios modos de juego más, como son el Game + que incrementa la dificultad, otro modo donde la gravedad de los dos mundos cambia, un modo donde podrás enfrentar a todos los jefes en una sola corrida y finalmente un modo para acabar el juego contrarreloj.
TODO LO QUE SUBE TIENE QUE BAJAR… Y TODO LO QUE BAJA… ¿SE REGRESA HACIA ARRIBA?
Desde el primer giro de tuerca que tenemos en este juego, nos damos cuenta que A Hole New World tiene un encanto que le gustará a aquellos que gustan de un juego difícil de vieja escuela o a aquellos que les gusta jugar contrarreloj pues tiene un nivel de reto que va escalando conforme avanzamos de nivel.
Aunque tenemos continues ilimitados, el simple hecho de leer que tu hada guía te esté previniendo de no hacerlo mucho nos hará notar que debemos ser cautos en el juego, pues tendremos finales diferentes dependiendo de qué tan eficaces fuimos en ese rubro. Y si a esto agregamos que si eres derrotado por un jefe tendrás que comenzar desde el principio, tendremos que armarnos de paciencia y aprender bien todos sus ataques.
Y no es sencillo acabar con el menor número de finales posibles, menos cuando no conocemos el completo alcance de las diferentes opciones que nos da el juego que nos invita a combinar todas las alternativas posibles para eliminar a los diferentes enemigos que, conforme avanzamos de nivel encontraremos algunos que hasta pintan ser invencibles si no conocemos rápido sus técnicas y movimientos.
El mayor reto radica en saber usar con sabiduría la cuestión de la gravedad, lo cual determina muchos momentos del juego, en combinar correctamente los movimientos para evitar que el Potion Master caiga en un techo o pozo con picos o encontrar cuartos secretos con gemas, comida o vidas extras.
Uno de los problemas más fuertes que encontré en juego, fue el hecho de que en varias misiones se toma su tiempo en cargar la misión mientras estas en el juego lo que hace que se ponga lento su desempeño, especialmente cuando enfrentas al cuarto jefe del juego (si lo compran, procuren esperar hasta que la velocidad del juego vuelva a la normalidad, es muy difícil).
El entorno del juego es bastante similar a un juego del NES, de ahí que la calidad gráfica, aunque visiblemente mejor que muchos juegos de esa época en cuanto a la movilidad de los personajes jugables y no jugables, sea realmente similar a los juegos del NES y la banda sonora tenga varias tonadas memorables que nos harán recordar un poco a los juegos de Castlevania.
Si bien, no dura mucho el modo historia, el hecho de poder explorar todos los calabozos para encontrar a los personajes secretos, intentar el modo difícil o romper los récords de tiempo, harán que quieras repetir A Hole New World varias veces en el afán de desbloquear todos sus logros.
Si amas los juegos de vieja escuela, A Hole New World es una gran opción para disfrutar de un poco de acción en 8 bits, eso sí, ten mucha paciencia y ten a la mano algo donde puedas lanzar el control sin temor a destruirlo dada la dificultad que tiene.
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