Cuando George Lucas estaba planteando las ideas de la primera cinta de Star Wars, consideraba que Luke Starkiller debería recibir la ayuda de un amigable pero enorme extraterrestre que le ayudaría a llegar a donde estaba la flota imperial y salvar a la Princesa Leia. Cuando se dio cuenta que su personaje era demasiado complicado de plantear, entonces decidió dividirlos: por un lado un cínico pero simpático contrabandista y del otro lado un enorme, peludo pero amigable wookie. 

Si, de ese personaje enorme surgirían Han Solo y Chewbacca, dos personajes tan entrañables que es difícil concebir cualquier película de Star Wars sin ellos, vamos, hasta en la trilogía de las precuelas se sintió la falta de personajes similares (aunque Chewie tuvo presencia en Episodio III) e incluso en El Último Jedi se siente cierto vacío sin la presencia del contrabandista interpretado por Harrison Ford. 

En un intento por extender más la saga de Star Wars a través de spin-offs (historias que se adhieren al canon pero no a la trama principal de los ocho episodios), Lucasfilm lanzó exitosamente Rogue One en el 2016 y ahora tenemos la cinta Han Solo: Una Historia de Star Wars. Una cinta que sufrió bastante en el desarrollo, pues sus directores originales Phil Lord y Chris Miller tuvieron que ceder el asiento a Ron Howard para poder ver terminada la filmación de la película dejando muchas dudas en el camino. 

 

Alden Ehrenreich nos muestra a un Han Solo inexperto pero cínico

La cinta es protagonizada por Alden Ehrenreich quien encarna una versión joven de Han Solo y es acompañado por Jonas Suotomo (Chewie en las cintas de la nueva trilogía de Star Wars), Donald Glover, Woody Harrelson, Thandie Newton, Emilia Clark y Paul Bettany entre otros actores. 

Han es un joven que se ve obligado a escapar  de su planeta natal enrolándose en las Fuerzas Imperiales, ahí conocerá a un forajido con el que unirá fuerzas y que le hará conocer a su amigo y copiloto Chewbacca y a obtener a el Halcón Milenario. 

Hay dos grandes problemas con la cinta de Han Solo: que, independientemente de lo que cuente esta película, ya sabemos todo lo que va a ocurrir; si hemos seguido detenidamente la trayectoria de nuestro forajido favorito en la trilogía original y en El Despertar de la Fuerza, y la otra que la cinta parece asumir que no solo sabemos de eso sino de todos los eventos alrededor de la película, pues al situarse algunos años antes de Episodio IV es inevitable la relación de esta cinta con la saga animada Rebels y la conexión inevitable con Episodio III. 

Si, para alguien que solo ha visto las últimas dos cintas de la saga, podrá meterse en una película que tiene todos esos detalles que Han refunfuña cada vez que Leia le critica al Halcón Milenario. De ver cómo modifican un poco el mito de cómo Han conoció a Chewie y a Lando Calrissian y el agregar algunos personajes nuevos que tratan de ayudar a moldear al inseguro, inmaduro y presuntuoso Han Solo a ser el contrabandista cínico que vemos en la trilogía original. 

Y mi ultimo marido me dejo tres dragones… ¡no me digas!Es como ver la cinta de Star Trek de J.J. Abrams, pero, más que reiniciar la historia, estamos viendo la historia de Han Solo con un guion que, aunque está lleno de acción, es difícil evitar las predicciones conforme avanza la trama y, si bien, logra abrir un nuevo segmento en el Universo Star Wars que pronto veremos lleno con una serie de comics o una serie de televisión, también da a entender que no está conforme Lucasfilm con contarlo todo en una sola película y es entonces que la ambición de Disney termina aniquilando la buena intención que quedaba. 

No podemos negar que la película tiene una fotografía impresionante y que los efectos visuales saben combinar algunos personajes creados por computadora y otros usando efectos prácticos para darnos algunos personajes únicos y otros gigantescos. Aunque se me hizo raro ver que el equipo de maquillaje no se esforzó mucho con Warwick Davis y hasta da la impresión que vemos a Griphook de Harry Potter en alguna de las escenas. Pese a ello la presencia de criaturas nuevas en la película, una que incluso compite con Jabba the Hutt, da una sensación de frescura al bestiario que tiene la saga de una galaxia muy lejana. 

Y ya que hablamos de los personajes, Ehrenreich sufre un poco para mostrarnos a ese Han Solo inmaduro e inexperto que la película nos quiere vender, aunque si sabe lograr dar un poco con la personalidad que Harrison Ford le imprimió a su personaje. Está claro que, por su juventud, no es tan insensible y que es fácil que caiga en muchos engaños, pero donde vemos que funciona bien su personaje es la química que logra desarrollar con Chewbacca, un personaje que es bien gesticulado por Jonas Suotomo y que se agrega bien el trabajo de los efectos de sonido para darnos incluso nuestras primeras lecciones de wookie. 

 

El comienzo de una larga y divertida amistad

De ahí si se siente que la calidad de los personajes va cuesta abajo, ahí tenemos a Woody Harrelson que logra hacer de Beckett un mentor  interesante y traicionero que tiene buenos momentos en la historia y que denota su experiencia como actor al mostrar una buena química con los demás personajes; Paul Bettany tiene un personaje poco aprovechado como el villano principal de la cinta, aunque lo poco que se le da lo sabe vender bien y nos da buenas escenas, considerando además que dio «el bomberazo» en esta cinta. 

Pero la cuesta abajo continúa y siento que Donald Glover, pese a la buena química con Ehrenreich, no sabe retratar a Lando Calrissian a la precisión, quizá el guión lo pintó demasiado presuntuoso y Glover lo multiplicó por diez. 

El problema es con dos personajes, de un lado tenemos a la droide L3 que parece haber sido creada para que Lucasfilm se riera de cualquier tipo de activismo, si, una droide que es sensible al maltrato, a la diferencia de… ¿géneros? y que, en cierto modo, le da una sensación de incomodidad a cualquier cinéfilo, activista o no. Está claro que la mano de Miller y Lord está ahí y que podría ser que la inclusión de L3 pueda haber llevado a la salida de ambos de la película, uno nunca sabe. 

 

¡Esto es Star Wars! ¡Capas, aventuras y diversión!

Y el otro personaje, Qi´ra, no veo tanto problema que tengamos a un personaje que tiene varias facetas en la película y que en cierto modo esconde muchos detalles que le dan mucha fuerza durante el desarrollo de la historia, a sabiendas de lo que hemos visto en películas posteriores. Pero no se qué hayan visto en Emilia Clarke para que interpretara al interés amoroso de Han Solo. Sabemos que es genial como Daenerys en Game of Thrones, pero aquí Clarke luce poco firme, de no salir de ese gesto de «perrito cariñoso» que le hace dominar incluso hasta a un Terminator al punto de que llega a cansar un poco. No lo vean a mal, pero para mí estamos frente a una de las peores actuaciones que hayamos visto en el Universo Star Wars y combinada con L3 casi echan por la borda lo bueno que tiene esta película. 

Otro punto donde realmente disfruté la película es la banda sonora, claro, ahí tenemos muestras de lo que hizo John Williams por la franquicia (y que esperamos siga haciendo en Episodio IX), pero John Powell sabe vendernos bien temas que le agregan realmente emoción a las secuencias de acción, especialmente ya adentro del Halcon Milenario. Se ve claro que estudió de lleno lo que hizo Williams en las películas anteriores y no defrauda en darnos las emociones necesarias para sentirnos en medio de una intensa batalla en tierra o siendo perseguido por naves imperiales en otra escena. Creo que, retirando lo que adaptaron de Williams para la cinta, podríamos tener una banda sonora que contienda por Premios Oscar. 

Hay que decirlo, disfruté Han Solo como una cinta de acción, pero tiene uno que desconectarse un poco para no sentir que estás viendo algo que ya viste antes, no porque sea repetitiva la historia, sino porque solo complementa algunos detalles nuevos en la saga, algunos personajes que, al final, solo pesan en el proceder de Han Solo y Chewbacca y en la sensación incómoda que deja la conclusión de la película, una que nos hace sentirnos en la necesidad de revisar la cronología y ver qué debe seguir y por qué. 

 

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