El disfrutar de los videojuegos se puede dar como un escape de la realidad, como una inmersión a un mundo donde puedes hacer y ser lo que quieras, y si bien en diversas notas y estudios se pone en tela de juicio que tan sano es jugar videojuegos, hay veces que si se requiere reflexionar sobre el estado mental de las personas, y no es un tópico que se suele ocupar, pero el caso del juego de Fractures Minds, creado por Emily Mitchell de tan solo 17 años, es un caso distinto. 

Antes que nada, hay que destacar que la experiencia es muy distante a lo que solemos jugar: La vivencia y el sentimiento que te genera el título, no es de felicidad, logro, o una meta o satisfacción, de hecho, suele ser algo más introspectivo, y con un gran toque de soledad, dependiendo de que tanto te adentres en el juego y con tus vivencias personales, será como te identifiques con el juego. 

Fractured Minds es un juego de puzzle en primera persona, muy pequeño realmente, ya que solo consta de 6 episodios, y estos puedes acabarlos en minutos, por lo que esta experiencia será de una sola ocasión sin ninguna rejugabilidad. 

Visualmente el juego es sombrío, en su mayoría son tonos oscuros como lo es la mente propia, no hay ningún detalle en los escenarios, de hecho, el ámbito artístico es de lo más simple. 

La historia se podría decir que es inexistente, ya que nos embarcaremos en los distintos niveles, los cuales cada una representa algún padecimiento mental, puede ser la ansiedad, claustrofobia, la soledad, la paranoia y demás, esperemos que ningún lector sufra de estos padecimientos, pero los niveles nos podrían dar a entender cómo vive una de esas personas. 

Los puzzles no tienen ninguna complejidad, solo debes seguir unos comandos, o encontrar objetos o acomodarlos en cierto orden, el resultado de esas mecánicas será accesar al siguiente escenario. Conforme juegas vivirás la soledad de estar inmerso en una calle llena de personas las cuales no se fijan en ti, o celebrar un cumpleaños sin invitados, o buscar una llave para salir del cuarto.  

En el apartado sonoro las melodías son melancólicas, sonidos al caminar, algo denotando mucha soledad y silencio. 

Al ser un juego de este tipo, se recomienda que lo acaben, ya que el final te dejará un mensaje o aprendizaje. Otro aliciente de terminarlo es que en menos de una hora habrás desbloqueado todos los logros/trofeos del juego. 

La experiencia es repetitiva, es accesar a un cuarto realizar un puzzle muy sencillo y pasa a un nuevo escenario y repetir la misma acción. No hay combate, ni diálogos ni ningún arco narrativo. Si bien fue premiado por la BAFTA es un juego muy de nicho.