Un nuevo Metroidvania ha llegado
Forma.8 es un nuevo título de MixedBag que tiene en sus raíces muchos elementos de la denominada corriente “Metroidvania”. Por obvias razones, este juego puede ser blanco de amplias críticas, comparaciones entre otras cosas, así que lo importante será ver si este juego puede superar las expectativas.
En Forma.8 tomas control de un drone que está buscando una nueva fuente de poder en un planeta desconocido. Te estrellas contra una especie de edificio en tu descenso y es tu deber encontrar tu camino hacia esa fuente de energía, o morir en el intento. Comienzas con dos habilidades, un ataque que emite una especie de pulso que empuja a tus enemigos y una ofensiva que se asemeja a una mina, que puedes usar en conjunto con tu primer ataque pues te ayuda a lanzarla a cualquier parte de la pantalla. Como es de esperarse en los juegos estilo “Metroidvania”, puedes ir en varias direcciones y lo único que tienes como herramienta de ubicación es tu memoria, una especie de mapa y una buena cantidad de caminos por descubrir.
El tamaño del mapa es realmente bueno, te permite ubicar y experimentar una variedad de ambientes y enemigos a derrotar, dejándote una cantidad decente de contenido para que te entretengas un buen rato. La parte mala de esto es que tu personaje es un tanto lento, aun cuando tengas en tu poder la mejora de velocidad. Estas en una misión urgente por una nueva fuente de energía, pero cuando tus movimientos son tan lentos lo único que esperas es llegar a tiempo por esa misteriosa fuente.
Después de la primera hora, comienza a ser un factor ese movimiento lento y, hasta cierto punto, torpe, pero solo flotas y no hay manera alguna de incrementar la velocidad, por lo que solo trabaja en detrimento de la experiencia. El resultado es que perdí un poco el interés de llegar al primer jefe del juego debido a que te toma mucho en llegar. La velocidad del personaje no es lo que yo llamaría ideal y las áreas y su animación no son las mejores cosas que se puedan mostrar.
Y esto último es algo que definitivamente es un gran factor en el juego, las áreas son, sin ser demasiado negativos, muy aburridas. Tu viaje de una cueva llena de enemigos a la siguiente, cazando al jefe en turno o buscando por algún área secreta, no es inspirador. Esto en parte gracias a que el único color en pantalla es el ojo de los enemigos y el fondo. El problema no es el tipo de arte empleado, sino que se vuelve algo aburrido usar el mismo color en tu pantalla y la acción real pasa en el fondo, si es que llega a pasar. La mayoría del tiempo el fondo de tu pantalla solo es usado como un patrón o un simple color que no añade nada y deja la experiencia como algo promedio mientras te mueves en distintas áreas.
Las mejoras te ayudarán a moverte en el juego, pero también están un poco dispersas, todas ellas están asignadas a los botones principales del control. Uno de ellos es el mencionado ataque de pulso, la mina es el segundo, pero eventualmente desbloquearás un movimiento estilo boost que te dañará si golpeas a un enemigo. Obtienes la última mejora un poco antes de enfrentarte al jefe final, y es una especie de teletransportación. Te tomará un poco cargar el movimiento, por lo que no te recomiendo abusar de él.
Además de esto, puedes obtener otras cuatro mejoras de una especie de cámara en el mapa, pero requiere tiempo obtener los hexágonos secretos. Si llegas a obtener las cuarenta y un figuras podrás acceder a otras mejoras pasivas. El reto no es sencillo, ya que requiere tiempo y lo más seguro es que tengas que hacer varios recorridos para obtener las mejoras.
La variación en los enemigos no es amplia, pero tampoco es algo de lo que nos tengamos que preocupar. Te encuentras con los típicos voladores y los que se arrastran por el piso. Cuanto más te adentres en el juego, más golpes tendrás que dar para derrotar a tus oponentes, incluso tendrás que recurrir a algunos pasos extra para lidiar con tus enemigos. Este concepto se traslada también a los jefes, solo tienes que golpearlos cuando hacen una acción específica para dañarlos, ya sea alimentándolos con enemigos o esquivando sus ataques. No hay una mecánica complicada en matar a los enemigos, pero si hay una buena selección de puzles regados en todo el mapa.
Y es aquí donde Forma.8 brilla con intensidad, sin importar que haya pocos en todo el juego. Hay una mezcla muy variada de acertijos que no se repiten en ningún momento en todo el juego, lo que permite que cada reto sea nuevo y fresco. El inconveniente de ellos es que no son usados tan seguido y no hay algún tipo de indicador que te ayude a iniciar. Uno de ellos es guiar a lo que sería una especie de cangrejo pequeño hacia donde está su madre, pero hay obstáculos en el camino. Al principio parece que no tiene sentido, pero solo es cuestión de comenzar a analizar de manera detenida tu ambiente y seguro darás con la solución.
Es un gran puzzle para empezar el juego, y sin duda te da una ligera probada de lo que vendrá, sin embargo, la carencia de señalizaciones para iniciar a resolver el problema será algo por lo que a muchos esto parecerá difícil y seguro funcionará en detrimento de la experiencia.
En el aspecto de sonido, solo podemos decir que el trabajo realizado por MixedBag es de regular a bueno, si es un juego tipo “Metroidvania” que bien pudo tener una mejor musicalización o una banda sonora que te acompañe en todo el juego. Pero, aun con la carencia y los instantes donde la música eleva su volumen para indicarte que en esa pantalla existe un jefe o cosas importantes hacen que la experiencia se vuelva interesante y te sientas preparado para lo que venga.
En sí, Forma.8 es un buen juego. De hecho, podríamos decir que es fantástico de acuerdo con algunos estándares, pero definitivamente no es un juego que recomiende a aquellos que no tengan el aguante necesario. Es un título que se desarrolla lentamente y que pondrá a prueba tu paciencia en muchas ocasiones, especialmente por los puntos de respawn repartidos en el juego, sin embargo, tiene varias características que muchos sin duda disfrutarán.
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