Dirigida por el exigente y perfeccionista Stanley Kubrick (La Naranja Mecánica, 2001: Una Odisea del Espacio, Ojos Bien Cerrados), El Resplandor se ha convertido en una obra icónica del cine de terror. Fue adaptada de la obra homónima de Stephen King (Carrie, Cujo, Christine, Cementerio de mascotas, Eso) antes de que fuera publicada -se dice que por aquel entonces aún no era reconocido como escritor de novelas de terror, y fue precisamente a partir de su publicación lo que le mereció dicho título ante la crítica-. El guión fue escrito por Stanley Kubrick y Diane Johnson, una novelista que alcanzó la fama tiempo después gracias a haber sido finalista del premio Pulitzer en 1988 por su novela Persian Nights. Fue producida por Peregrine Productions y Producers Circle, y distribuida por Warner Bros. en 1980.

La película relata la historia de Jack Torrance (Jack Nicholson), un hombre acompañado de su familia que, al poco de llegar al hotel Overlöok después de haber sido contratado como guardia invernal para aquella solitaria y cruda temporada, empieza a sufrir inquietantes cambios en su personalidad. Debido al insomnio, a sus propios demonios interiores y, tal vez, a la influencia maléfica del lugar, pronto se ve inmerso en una vorágine de violencia contra su esposa, Wendy (Shelley Duvall), y su hijo, Danny (Danny Lloyd), quienes a su vez son víctimas de espantosos fenómenos inexplicables. La película cuenta además con la actuación de Barry Nelson como Stuart Ullman, el administrador del hotel; y a Scatman Crothers como Dick Hallorann, jefe de cocineros. Particularmente, este último personaje juega un importante papel en el desenlace de la historia.

El Resplandor es, sin duda, una de las mejores películas de terror de la historia, y todo esto se lo debemos a Kubrick y su enfermizo afán perfeccionista, que adaptó la novela de King con ciertas libertades creativas que no gustaron al autor. Gracias a ello, El Resplandor tiene un brillo propio, diferente al de la novela. Kubrick ha sabido jugar perfectamente con el suspenso, en escenas tan inocentes como cuando vemos a Danny manejando su triciclo a lo largo de los corredores del Hotel Overlöok, manteniendo al espectador a la espera de que algo ocurra. Mientras tanto, el clima de tensión entre Jack y Wendy se va agravando paulatinamente.

Nos permite observar la transfiguración del lugar que, aunque tiene sus historias dramáticas -como la tienen muchos hoteles en todo el mundo- y pareciera a primeras vistas inocuo, muestra pronto sus aspectos nocivos, con una toxicidad semejante a la de un cadáver en descomposición, como el espectro que infesta la habitación 237 y a raíz de cuya manifestación se desatan los peores eventos de la historia. El Hotel Overlöok influye tanto en el pequeño Danny como en su padre, quien ya se muestra perturbado para entonces. El resultado es la pérdida parcial de la conciencia del dotado niño, portador del resplandor (una capacidad innata que le permite percibir las memorias y entes del pasado que impregnan un lugar), y el completo despertar de Tony, el niño que vive en su boca y que se oculta en su estómago para no ser visto.

La maestría con la que Kubrick logró sacar lo mejor de los actores sólo se compara con las repercusiones que tuvieron en ellos. Shelley Duvall tuvo que ser internada en un psiquiátrico durante algún tiempo debido a una crisis nerviosa, efecto de la excesiva presión a la que fue sometida por el director para obtener de ella, una novata por entonces, verdaderas expresiones de horror y angustia. Sin embargo, no ocurrió lo mismo en el caso de Danny Lloyd, pues el niño nunca llegó a enterarse durante la filmación de que actuaba para una película de terror; en ese aspecto, Kubrick fue lo suficientemente cuidadoso, y sacó de un ser inocente algunas escenas sorprendentemente convincentes. Jack Nicholson tuvo que frenarle en alguna ocasión, pues Scatman Crothers, ya bastante mayor, era sometido a sesiones verdaderamente tormentosas para repetir varias escenas (se dice que la parte en que Dick Hallorann experimenta el resplandor, antes de partir de regreso al hotel. requirió más de cien tomas).

El haberla visto nuevamente en cine me ha traído nuevas sensaciones y me ha permitido percatarme de interesantes detalles que de pronto se me escaparon de las tantas ocasiones que la vi en TV (en su versión censurada y recortada, que ha causado estragos en el hilo conductor). Particularmente, hubo una escena que me dejó medio sacado de onda: cuando Wendy, intentando escapar del hotel busca a Danny y observa un grupo de esqueletos en un salón. Después, buscando su significado, me enteré que ésta fue eliminada por Kubrick en una revisión posterior pues por su oscuridad, le parecía demasiado ligada a los clichés de las historias de fantasmas, y en El Resplandor pretendía romper con ello. Y creo que concuerdo con el director, ya que no le aporta nada especial a la trama. La síntesis que logró con la turbada personalidad de Jack Torrence, el amigo imaginario de Danny, y el gran estrés que se percibe en Wendy, así como el resplandor mismo y las entidades que habitan el hotel; todo ello, y la excelente actuación de todos los actores -muy a pesar de que tanto el director como la actriz fueron nominados a los premios Razzie-, además de la banda sonora (cuya impecable sincronización estuvo a cargo de su asistente de dirección y editor musical, Gordon Stainforth), crea el ambiente perfecto para que aflore el miedo en el espectador. De principio a fin, El Resplandor no concede tregua alguna.

Concluyendo… en lo personal, siento que El Resplandor es una de esas películas que se encuentran dentro de la lista de «películas que debes ver antes de morir», seas o no un aficionado al cine de terror. La principal razón es el estilo único que le impregnó su director, con un cuidado en las escenas tan esmerado que sólo otras grandes obras del género, como El Exorcista y Psicosis, han logrado. Se aparta del susto fácil para llevarnos a la raíz del miedo, a aquello que desconocemos y que influye de formas misteriosas en la personalidad de un individuo, alguien que parece normal y que se transforma en un psicópata por los oscuros influjos del Hotel Overlöok.