En los últimos años Argentina ha sido un país que ha ganado mucha importancia en la creación de medios, no por nada es sede de varios canales de televisión que vemos en cable y no se diga también su potencial cinematográfico, que ha experimentado mucho y ha dado resultados taquilleros como El Secreto de sus Ojos, segunda cinta argentina en ganar el premio a Mejor Película Extranjera en los Óscares y Metegol, una simpática cinta de animación que sorprendió a los amantes del futbolito.

El Inventor de Juegos, basado en un libro de Pablo de Santis, esdirigida por Juan Pablo Buscarini y en la cual la producción decidió apelar a actores extranjeros encabezados por David Mazouz, a quien veremos pronto en la televisión interpretando al joven Bruce Wayne en Gotham; Joseph Fiennes (Shakespeare Apasionado), Tom Cavanagh (Scrubs) y Edward Asner (quien le dio la voz a Carl Fredricken en Up!: Una Aventura de Altura).

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El Guasón deberá preocuparse cuando este niño deje de sonreír.

La cinta nos cuenta las aventuras de un niño llamado Iván Dragó (mal pronunciado en el doblaje como el rival de Rocky), que descubre tener un talento muy grande para la creación de juegos de mesa, habilidad que desborda al participar en un misterioso concurso, envolviéndolo en una aventura en donde pondrá sus habilidades a prueba, poniendo en peligro la vida de todos los que ama, cuando enfrente a un rival, Morodian (Fiennes) quien está obsesionado con tener a Dragó en sus manos y así ser el mejor del mundo.

La película hace guiños a muchas historias infantiles que han sido exitosas en los últimos años y no se puede negar la influencia de Harry Potter en esta cinta, al poner a un niño en situaciones de peligro, armadas de manera inteligente, pero con el toque suficiente de drama para vendernos varios giros de tuerca que, revelados de otra manera, pudieron ser demasiado predecibles.

Es cierto, no faltan los estereotipos, el abuelo sabio, el padre negado a aceptar las habilidades del chico, la niña linda (y con habilidades de escondite dignas de un ninja), el bravucón que tan pronto reconoce a Dragó ya quiere golpearlo y el villano malvado y ambicioso que busca destruir a la familia Dragó (con pinceladas de Voldemort, Willy Wonka  y tu empresario industrial explotador favorito).

El punto que más me gustó de la historia es la analogía de las compañías que buscan crear un producto exitoso pero desechable, en contraste de crear algo que apasione, guste y pueda usarse una y otra vez, algo que a veces nos falta en la industria de los videojuegos o el cine.

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El problema que tiene la cinta es su ritmo, cuando menos te lo esperas ya está terminando la película, y apenas andas masticando la idea de lo que acabas de ver: una primera parte adorable, una segunda parte oscura pero con momentos ingeniosos, una tercera parte melancólica pero con mucha fuerza en el guion y una cuarta parte con sabor industrial, con toques de cintas de espionaje y los giros decisivos para sentir la satisfacción del final. Las actuaciones son buenas pero nada que sea trascendente, la actuación de Fiennes es un tanto plana y termina armando  a un villano muy patético, en cambio Mazouz agrada con su personaje y sin duda es una gran elección para lo que se viene con Gotham.

La cinta está doblada al español y el doblaje fue realizado en Argentina con dirección del mexicano Ricardo Tejedo. El punto apreciable es un gran trabajo manteniendo la neutralidad en la voz y la expresión correcta de las emociones. Su falla constante fue en la pronunciación de Dragó. Los argentinos nos dejan con una buena impresión, una que debe preocupar a nuestra querida industria del doblaje mexicano.

En aspectos técnicos la cinta se aprecia mucho por su fotografía, una banda sonora respetable y efectos especiales que denotan un esfuerzo por no meter la computadora en cualquier momento y si por resaltar un buen trabajo casero en las escenas.

En conclusión, El Inventor de Juegos es una opción interesante para llevar a los niños a invitarlos a imaginar y crear, no por el afán de ser ricos y famosos, sino por el hecho de poner corazón y empeño en sus pasatiempos.

Calificación: 7.5