Sabemos que en el mundo del cine, Ben Affleck tiene dos facetas: director y actor, y mientras en una ha logrado ser reconocido, al grado de ganar un Globo de Oro, en la otra le ha costado trabajo superar el hecho de que vendía más por ser un actor atractivo que por ser uno talentoso, aunque parece que las cintas de acción le han ayudado a levantarlo un poco.
Tras el éxito que tuvo este año interpretando a Bruce Wayne en la cinta Batman vs Superman: El Origen de la Justicia, ahora lo vemos interpretando a un personaje un tanto distinto en la cinta El Contador, dirigida por Gavin O´Connor, un director que ha tenido más suerte con sus cintas deportivas como Warrior o El Milagro que en otros géneros. ¿Alguien vio la cinta Jane Got a Gun?, yo tampoco y las críticas no son nada favorables.
Además de Affleck, tenemos a Anna Kendrick (Pitch Perfect), J.K. Simmons (Whiplash), Jon Bernthal (Daredevil), John Lithgow (Dexter), Jeffrey Tambor (Arrested Development) y Cynthia Addai-Robinson (Arrow).
La cinta nos cuenta la historia de un contador que se dedica a investigar fugas de capital de una variedad de clientes vinculados a diferentes grupos delictivos, buscando la manera de evitar que esas fugas provoquen problemas a esos grupos. De hecho, nuestro contador comienza a investigar a una firma de electrónica donde una contadora junior (Kendrick) ha descubierto un movimiento extraño en sus números.
En medio de esta historia vemos dos sub-tramas, una donde vemos una descripción del pasado del Contador, quien, aparte de ser un genio para las matemáticas, es autista, un factor determinante para mostrar una personalidad fría y poco empática del personaje principal (aunque con un retrato crudo de la infancia del contador que me parece es lo mejor de esta cinta), además de una investigación intensa del Departamento del Tesoro sobre el Contador.
El guión escrito por David Dubuque (El Juez), intenta ser llevado por O´Connor de una manera coherente, buscando ayudar al espectador a desentrañar los secretos de nuestro personaje principal, que, encima de su problema mental, tiene una cantidad de habilidades especiales que harían palidecer a Liam Neeson, y dichas habilidades también son explicadas en estos flashbacks donde vemos como éste Contador va tomando forma y habilidad y aunque eso queda bastante claro prácticamente casi al final de la cinta, también observamos que es determinante para entender el desarrollo de la subtrama de los investigadores del gobierno.
Aunque yo noto una serie de problemas con esta película, la primera es el hecho de que se preocupan tanto por el desarrollo del personaje principal, que prácticamente el director se olvida por completo de la intención de la historia, de hecho, nunca entendemos la intención del villano principal de la historia y sus razones para desatar una persecución contra los contadores que investigan el desfalco y la eliminación de cualquier testigo, nunca sabemos las fuentes de ambos lados (sobretodo del lado rival) para aparecer en los momentos oportunos a la hora correcta quitando credibilidad y continuidad a lo que estamos viendo en la historia.
Y además el director comete un error más, en esta larga cinta de más de dos horas, el encargado de dirigir se toma una hora y quince minutos en construir algo tan elaborado que, cuando intenta resolver todo, termina apresurando demasiado las cosas, dejando muchos detalles sin explicar, haciendo que la violenta y estratégica batalla final termine convirtiéndose en un chiste mal contado, que de pronto algunos personajes nomás sean revisados «de pasadita» y que otros, en cierto modo, pierdan toda credibilidad en tres plumazos, eso si, hay una que otra sorpresa que no vemos venir.
Por otro lado hay momentos en que el director intenta meter un poco de humor, es cierto, Anna Kendrick es una actriz excelente para guiarnos en esos momentos de comedia, pero Affleck, tan expresivo como Kristen Stewart en Crepúsculo, si bien logra darnos esa frialdad que busca como un Contador autista, es incapaz de llevar a buen puerto esos chistes que intentó el director poner. Vamos, Affleck podrá lucir bien como héroe de acción, pero para provocar sentimientos, mejor no lo hubieran intentado.
Lo cierto es que hay escenas bastante rescatables, sobretodo aquellas donde se maneja la cuestión del autismo, de las obsesiones del personaje por mantener su vida bajo control incluso en los momentos más estresantes (hay una escena que funciona muy bien que involucra un estroboscopio y música de heavy metal que, literalmente, deja estresada a la audiencia) y debemos afirmar que una de las escenas iniciales, donde conocemos al Contador de niño, esta muy bien elaborada.
De las actuaciones, no es complicado para Ben Affleck interpretar a este personaje con autismo, que debe mostrar una nula empatía con la gente que le rodea y que sabe manejar bien esas escenas con mucho estrés, pero cuando se trata de que el personaje intente darnos cierta simpatía o humor, mejor no debió el director haber intentado dichas escenas. Digamos que su personaje inspira un héroe que podría ser mas respetado que sus versiones de Batman y Daredevil, aunque a nivel actoral lo vemos en el mismo nivel de siempre.
Tenemos a un J.K. Simmons, que realmente gusta de ver que toma un aspecto villanesco al inicio de la película y va evolucionando su personaje conforme se van desvelando muchos secretos, de hecho Simmons sigue manteniendo ese nivel de humanidad que no esperábamos encontrarle en Whiplash y que lo ha consagrado como uno de los mejores actores del momento, de hecho lo poco que aparece termina gustando más que todo el tiempo que Affleck tiene en pantalla.
Siento que termina un poco desperdiciada las actuaciones de Jon Bernthal que ya demostró que tiene mucho potencial tras su actuación como Punisher en la serie de Daredevil de Netflix y su personaje tiene un inicio bastante bueno, un matón al que no le importa decir lo que trae en la cabeza y del que no sabes si al final te suicidas por no escucharlo más o porque sabes que la vida de un ser querido está de por medio, aunque si, el guión lo termina desperdiciando al final.
Cynthia Addai-Robinson tiene un personaje importante en la trama y en momentos gusta lo que hace aunque si nos queda debiendo en el punto clave de la trama; Anna Kendrick, pues, veo que se esfuerza mucho por hacer de su personaje esa luz que le falta en el camino al Contador, pero está claro que los dramas no son el fuerte de Kendrick.
De los aspectos técnicos debo afirmar que la banda sonora me agradó bastante, mas que clavarse en las canciones que escuchamos en el tráiler, la banda sonora de Mark Isham sabe alimentar bien las tensiones de cada escena e insisto, la música que se inserta en esas sesiones de estrés que se somete el Contador alimentan muy bien lo que busca el director. En cuanto a la fotografía también notamos un trabajo aceptable que permite jugar bien con las luces, sobretodo cuando estas son factor para estresar a alguien y podemos notar una buena apreciación en los paisajes de Chicago y sus alrededores.
No hay mucho que decir de los efectos visuales, que no necesita de tantos, pero si tiene buenas coreografías de pelea que hacen ver tanto a Affleck como Bernthal aprovechando bien las lecciones del arte marcial tailandés que practicaron en esta cinta.
El Contador es una cinta aceptable de acción, creando un nuevo héroe, con problemas mentales y defectos visibles, pero, para los estándares que vemos con Ben Affleck, mejor que los superhéroes que ha mostrado en la pantalla grande. Si merece la vuelta al cine, pero no esperen que gane algunos premios en especial.
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