En una época donde la combinación de estilos dentro del mundo de los videojuegos podría desvirtuar el objetivo de la jugabilidad según los más puristas, llega Dragon Age: Inquisition para demostrar que un RPG de acción es lo que le hacía falta a un género que en estos momentos se encuentra olvidado gracias a su peculiar modo de ataque, lo que nos demuestra que pudieron encontrar el equilibrio perfecto y generar una experiencia divertida, envolvente e interminable, como el más antaño de los juegos de rol.
En esta entrega, BioWare nos muestra su capacidad para poder reunir lo mejor de dos mundos, con una clara influencia de la saga Dragon Age pero agregando un estilo muy particular de su aclamado Mass Effect. Puede jactarse de haber encontrado la fórmula exacta para enmarcar una historia de demonios e inquisidores. Dragon Age: Inquisition nos sitúa al inicio de lo que podría ser el fin del mundo, donde un portal llamado “La brecha” ha sido abierto, y del cual cientos de demonios llegan a la tierra, con el único objetivo de acabar con lo que se cruce en su camino. Es aquí donde entramos nosotros, siendo interrogados por un grave crimen, pero, de igual manera, siendo la única esperanza de este mundo al contar con la única magia tan poderosa para cerrar estos portales demoníacos.
Nos convertiremos en el inquisidor junto con su leal séquito de guerreros, recorrerán este mundo medieval basto y lleno de enemigos, en el cual tu objetivo principal siempre será cerrar “La brecha” y todos los portales que la acompañan. Pero tendrás la posibilidad de viajar y conocer toda la región enfrentando dragones, demonios, tomando decisiones y reclutando a más valientes guerreros que gocen del peligro y que quieran que sus nombres queden gravados en la historia del heroísmo.
Personalización
En el sistema de creación del personaje, no solamente nos corresponderá elegir la raza, en el cual podrás elegir entre humanos, enanos, elfos y por primera vez en la saga, los Qunari, o tu clase, que podría ser entre guerrero, pícaro o mago; sino también nos muestra un abanico de posibilidades en el cual puedes modificar el género, la voz y los rasgos físicos del personaje, lo que nos trae la oportunidad de identificarnos plenamente con él, con sus sentimientos, su historia y sobre todo con su poder. La personalización nos permite profundizar en el estilo de combate que utilizaremos a lo largo del juego, dando la posibilidad de interpretar más de dos decenas de roles que se adecuen a nuestro estilo de pelea. Por lo tanto, el árbol de habilidades se convierte en un punto más a favor de sincronía en el equipo, ya que se encuentra bien balanceado, aunque la interacción y personalización con tu equipo de guerreros no es la mejor.
Modo de combate
Puedes controlar a cuatro personajes en total durante todo el tiempo, los cuatro estarán juntos, con la posibilidad de cambiar en cualquier momento. Cada acompañante pertenece a una raza particular y cuenta con sus habilidades propias, lo cual será de gran ayuda en el momento que plantees tus estrategias. Pero no olvides que podrás mejorar las habilidades de cada uno por separado, así que tendrás que definir bien el modo de enfrentar a tus rivales.
El modo de batalla nos muestra una habilidad técnica que los que jugamos en consolas no habíamos podido experimentar, estoy hablando de la cámara táctica, con la cual tendremos la posibilidad de detener el tiempo y planear nuestra estrategia usando el menú radial que nos permite usar pociones y elegir formaciones para delimitar a que enemigo derrotar primero y como confrontar a un jefe. El juego puede ser tan marcado del lado RPG o acción como lo deseemos, ya que podemos pasar de blandir nuestra espada presionando un botón sin parar para destrozar a un rival, a decidir una estrategia tan magistral como la de cualquier maestro ajedrecista, posicionando a cada uno de los integrantes de nuestro equipo en el lugar preciso.
Si algo fue muy bien logrado por parte de Dragon Age: Inquisition fue la relación entre dificultad y progresión, en la que los enemigos no se van adaptando conforme vayamos aumentando de poder en la historia, sino que en distintas ocasiones nos encontraremos con demonios que superaran nuestro poder y tendremos que evitarlos para enfrentarlos en otro momento cuando nuestro nivel sea mayor. Esto genera un sentimiento real de mundo abierto. Es simplemente aterrador la primera vez que te encuentras con un dragón; sin duda, una experiencia que en ese momento no querrás repetir jamás. Pero en Dragon Age sería algo ilógico ¿no crees?
En un mundo abierto, basto, es sumamente complicado controlarlo, y esto es uno de los pequeños inconvenientes del título. Los errores a pesar de ser variados y evidentes, no arruinan la experiencia del juego, lo cual después de decenas de horas de completo entretenimiento, estos bugs, texturas incompletas, físicas fallidas y demás detalles quedarán en segundo plano. Los tiempos de carga son otro detalle, pues llegan a ser de hasta un minuto, sobre todo cuando utilizas el fast travel para desplazarte o cuando cambias de zona… pero hasta podrían ser terapéuticos después de una batalla épica, y aún así siento que son un problema.
Las posibilidades dentro de Dragon Age: Inquisition son bastas, un mundo abierto lleno de misiones alternativas, dragones, demonios y aliados que te permitirá disfrutar de batallas épicas que saciarán tu ansia de aventura y a la vez, si eres ya un veterano en el género, te permitirá recobrar la confianza perdida en los RPG. BioWare ha logrado hacer lo que muchas compañías no se permiten: arriesgarse, lograr una combinación diferente en el género y exhibir si realmente son capaces para innovar, y de la mano de EA logran traer a nuestras poderosas consolas de sobre mesa un juego que sin duda, valdrá la pena disfrutar.
Lo bueno
- Un mundo basto y completo
- Gran cantidad de horas de juego
- Dificultad y curva de aprendizaje balanceada
- Nuevo estilo de combate
Lo malo
- Pocas posibilidades de personalización
- Poca interacción entre personajes
- Errores en la física del juego y texturas
Puntuación 8.7
Para esta reseña se utilizó la versión de PlayStation 4, pero el juego se encuentra disponible para PlayStation 3, Xbox 360, Xbox One y PC.