En 1972 una novela policiaca causó revuelo en las tiendas de libros, Deseo de Matar. Escrita por Brian Garfield, cuenta como un hombre decide vengar a su familia de la delincuencia convirtiéndose en un justiciero. 

Dos años después tendríamos una adaptación de esta cinta en El Vengador Anónimo, cinta que consolidaría la carrera de Charles Bronson en el género policiaco, donde interepretaba al arquitecto Paul Kersey quien busca enfrentar la inseguridad de su ciudad tras un desafortunado robo en el que muere su esposa y su hija queda grave. El éxito de esta cinta derivó en cuatro secuelas que se filmaron entre 1982 y 1994, las cuales fueron decayendo en calidad, pero Bronson no sintió culpa en ese entonces, finalmente “él solo venía a cobrar el cheque” mientras interpretaba a Kersey y mataba a los malos a granel. 

Tras varias cintas que suenan un tanto similar e incluso la cinta Sentencia de Muerte, basada en el segundo libro de Garfield (vamos, hasta la cinta En la Penumbra, es como ver una de estas historias pero con un transfondo antiracista), tenemos a Eli Roth retomando la cinta original, ahora con su título original, Deseo de Matar que queda perfectamente con el perfil de su actor protagonista, Bruce Willis (Duro de Matar). 

 

Una familia feliz que pronto será víctima de la inseguridad 

En esta cinta tenemos también a Elisabeth Shue, Vincent D´Onofrio, Dean Morris y Kimberly Elise entre otros actores. 

En esa nueva versión Paul Kersey es un médico de emergencias en Chicago quien tiene una linda familia aunque tiene que ver cómo la inseguridad aumenta en su ciudad. Una noche, mientras esta trabajando en el hospital, recibe una trágica noticia, su esposa e hija fueron atacadas por un grupo de ladrones, la esposa muere y la hija queda en coma. Kersey, al ver la impotencia de las autoridades, decide entonces emprender justicia por su propia mano y buscar a los culpables del crimen. 

Cuando vi la película de 1972, en una de sus constantes repeticiones en la televisión abierta, vemos que la película había envejecido a su modo, pero no había perdido el tono sarcástico con que la historia criticaba la inseguridad de la época y, dado el tono de explotación de la era, también se dio el lujo de mostrar una historia aún más cruda que la cinta que vemos ahora. 

Si, la cinta de Eli Roth, tiene los elementos que podríamos esperar del director de Saw, asi que esperen ver algunos guiños a esta sádica serie de cintas de terror, como las máscaras de los ladrones con rostros distorsionados, unos brutales asesinatos e incluso la omnipresente presencia de dispositivos móviles, los cuales nos hacen notar que la tecnología puede ser un excelente aliado o enemigo en las manos correctas. 

 

Bruce Willis, una llave inglesa y Eli Roth de director, esto no pinta nada saludable. 

Pero Roth decide suavizar el guion, abandonando algunos detalles de la historia original, aligerando un poco el brutal asalto a la casa de los Kersey. Esto no evita que la película se sienta en el momento equivocado de la historia actual en muchos aspectos. 

De un lado tenemos a un Bruce Willis que está en franca decadencia (creo que su último éxito fue la secuela de G.I. Joe hace cinco años y creo que me arriesgo) y no es que actúe mal, simplemente es el Bruce Willis que vemos en los últimos años, que no arriesga mucho en caracterización ni en actuación dejándonos ver que el doctor Kersey se pudo haber llamado McClaine y solo notaríamos que McClaine solo estaría más amargado y con deseo de matar a los malos. No esperen más ni menos de Willis, es el avejentado héroe de acción que seguramente solo haría temblar a Liam o a Sylvester o a Arnold… en fin, así como están ahorita. 

También la cinta, aunque aligera el tema de la violencia contra las mujeres que tuvo la cinta anterior, está en el momento equivocado de la historia, donde el público estadounidense cuestionará si es correcto que se puedan comprar armas con tanta facilidad y Roth retrata con mucho sarcasmo ese tipo de detalles con una tienda que promueve sus armas con lindas chicas o incluso ver como Kersey se vale de tutoriales en internet para aprender a mejorar sus habilidades en disparo y hackeo. Si Kersey la tiene tan fácil, imaginen a los niños de ahora. 

 

Oh mira, un asesinato brutal, hay que hacerlo viral. 

Tenemos, claro, el eterno debate de la “justicia por su propia mano”, la cual se ve retratada, cual coro griego, en la radio, la televisión y hasta en las redes sociales, ahora nuestro Ángel de la Muerte se vuelve viral, causa memes y hasta motiva a otros a intentar lo mismo. Pero si pierde un poco la cinta nueva contra la anterior en ingenio, adiós a los calcetines con monedas o a la aguja de coser para defendernos, todo tiene que llegar a los extremos, además la forma de resolver el conflicto que genera nuestro héroe termina siendo un tanto barata. 

De ahí tenemos una historia que es bastante predecible, con muchos elementos de relleno y un elenco donde desperdician feamente a Vincent D´Onofrio y nos hace recordar que Elisabeth Shue aún está en el negocio y que el resto del elenco son un grupo de completos desconocidos de los que no destaca ninguno en lo absoluto, salvo, quizá, Dean Norris y Kimberly Elise como el par de detectives incompetentes que, como era de esperarse, terminan siempre un paso atrás de la acción. 

 

Nomás le faltó decirYippie Kay Yay” 

Aunque Roth logra dar niveles de producción aceptables, especialmente en la edición, donde resalta mucho una escena de tortura y asesinato que vale la cinta para sus fans, la cinta si termina quedando a deber en muchos aspectos aunque ya sabemos que, cuando vamos a ver una cinta de Bruce Willis, lo mejor que nos puede pasar en esta película es que salgamos satisfecho de palomear una cinta de acción y, eso si, ahi si cumple, al ritmo de AC/DC y una buena ronda de balazos. 

Si la ven, no intenten hacer lo que hace Kersey en su ciudad, mejor pongan doble candado a la puerta. En todo caso hay algunas opciones mejores que ver en el cine. 

 

[marstheme_review post_id=»147100″]