Esta semana llega a las pantallas del cine la película Corazones de hierro (Fury), dirigida y escrita por David Ayer, autor de diversas películas de guerra, distribuida por Sony Pictures y filmada en Londres, Reino Unido. Nos cuenta la historia de un pelotón de guerra en la Segunda Guerra Mundial. Más específicamente, del grupo de hombres que conforma una de las unidades blindadas. Esta película fue estrenada el 17 de Octubre de 2014 en Estados Unidos y, a pesar del retraso, es una de las esperadas de la temporada, junto con El francotirador, presentada en el AFI Fest en noviembre, y a estrenarse en México posiblemente en febrero de este año.

A pesar de no haber estado previamente en ningún combate, Norman Ellison (Logan Lerman) ha sido asignado como nuevo conductor asistente de Fury, el tanque Sherman M4A3E8 que el sargento Don ‘Wardaddy’ Collier (Brad Pitt) y sus hombres llaman hogar. Ellison ha pasado la mayor parte de la guerra detrás de un escritorio, escribiendo correspondencia, pero en las próximas horas verá combates particularmente sangrientos, y deberá esforzarse en darle un sentido a esa carnicería. Collier es una figura que inspira confianza y lealtad entre sus hombres, a quien cariñosamente se refieren como ‘Wardaddy’. Detrás de eso, no ofrece ningún pensamiento, es un personaje frío que pronto olvida las batallas anteriores, centrándose únicamente en aquellas que están por venir.

El grupo está compuesto por un artillero profundamente religioso, el cabo técnico de quinto grado Boyd ‘Bible’ Swan (Shia LeBeouf), un campesino agresivo con muy mal temperamento, el soldado de primera clase Grady ‘Coon-Ass’ Travis (Jon Bernthal), y un conductor, el cabo Trini ‘Gordo’ Garcia (Michael Peña). Estos soldados están unidos entre sí por el tipo de hermandad que sólo puede existir entre los hombres que han combatido juntos. Cada uno está más que dispuesto a morir por el otro, y la inclusión de Ellison al grupo obtuvo una considerable de resistencia. El joven soldado era un desconocido, una variable que no habían previsto. Pero después de probar su valía durante un enfrentamiento con un tanque alemán superior, Ellison obtiene el sello de aprobación del resto de los chicos.

Collier lleva consigo a Ellison para explorar una aldea ocupada por los americanos y los dos tropiezan en un pequeño apartamento con sus dos inquilinas. La película toma un giro interesante en este punto, permitiendo al público una visión del agotamiento y tristeza detrás de duro exterior de Collier. Un baño, una afeitada y una agradable cena son el bienvenido respiro del día, pero es la segunda mitad de esta secuencia la que verdaderamente muestra cómo el mejor de los hombres puede ser transformado por el horror de la guerra.

El director David Ayer hace un excelente trabajo en algunos de los momentos más humanos de Corazones de hierro, pero sus habilidades se exhiben mejor en las emocionantes secuencias de batalla, la mayoría de los cuales fueron filmadas con tanques reales de la época. Las tomas interiores son sumamente claustrofóbicas, sobre todo estando rodeados por el caos de la guerra. En cuanto a los exteriores, también son bien manejados, aunque el uso frecuente de municiones trazadoras le entrega a los combates cierto aire de ciencia-ficción.

Aunque en Corazones de hierro no encontramos el nivel de excelencia ofrecido por otras epopeyas de la Segunda Guerra Mundial, como Rescatando al soldado Ryan o La cruz de hierro, muestra de forma implacable la naturaleza atroz de la guerra. A algunos hombres los vuelve duros, y otros, los destroza.

Personalmente, pienso que Corazones de hierro no es una película que vaya a obtener algún premio. Sin embargo, la historia de este pelotón es interesante, sobre todo la forma en que vemos cómo se relacionan antes y durante las batallas. Los papeles de Brad Pitt y Shia LeBeouf no son particularmente destacables. Michael Peña ofrece un vistazo hacia los latinos que participaron en la Segunda Guerra Mundial al lado de anglosajones, con un toque relativamente picante. Para mí fue un grato descubrimiento. Pero de todos ellos, el más destacado ha sido Logan Lerman, de lejos es quien mejor retrata la angustia de un hombre que es engullido por los horrores de la guerra. Corazones de hierro es una película que vale la pena ver en cine. Le doy un 8.