El subgénero del terror basado en los zombis ha tratado de extenderse de muchas maneras en la cultura popular de ahora y, mientras más tratamos de ampliar la idea de como generar más «muertos vivientes», cada vez son menos fáciles de ver y apreciar.
Pensar que el zombi era antes una persona fácil de controlar con el uso de unas drogas que se usan en los ritos vudú y ahora podemos concebir que estos seres descerebrados son muertos vivientes o personas aún vivas que pierden el sentido del raciocinio por algún factor externo, como un virus o una droga -vamos, hasta la radiación nuclear ha sido culpable (y solución) del apocalipsis zombi-.
Pero cuando vemos un razonamiento como el de Conexión Mortal (Cell por su título en inglés), sabemos que ya algo esta mal, muy mal, y no se qué es lo más decepcionante, si la idea o quien generó la idea, ¿en serio fue de Stephen King, uno de los escritores más prolíficos de la cultura estadounidense? Analizaremos esto más tarde, pues no quiero desprestigiar un gran nombre sólo por este filme.
La cinta es dirigida por Tod Williams (Actividad Paranormal 2) y cuenta con las actuaciones de John Cusack (2012) y Samuel L. Jackson (Pulp Fiction), además de Isabelle Furham (Los Juegos del Hambre) y Stacy Keach, entre otros.
La idea es mostrarnos a la humanidad siendo víctima de un extraño mal que se da cuando una falla en el servicio de teléfonos celulares al norte de Estados Unidos borra literalmente los pensamientos racionales de las personas para volverlas animales irracionales y hambrientas de sangre, técnicamente, unos zombies. Es entonces cuando el protagonista de la película y otras personas tratan de abrirse paso en medio de este apocalipsis para salvar sus vidas y encontrar si sus seres queridos sobrevivieron a los efectos de «El Pulso».
No entiendo la razón por la que en México quieran promover tanto la película cuando está muy claro que su perfil es el de una «última opción, porque no había otra cosa para ir al cine». Es una película que apenas tocó los cines americanos y aquí la quieren vender como si fuera el estreno importante de la semana y no tiene ni un solo fundamento para que siquiera entren a la sala.
Para empezar, pese a que la novela de Stephen King data del 2006, se tardaron demasiado en adaptar la historia y se ve claro que esa adaptación, que paso por varias manos, como las de Eli Roth, terminó en las de productores que se vieron con la urgencia de aprovechar la licencia y terminar haciendo otra película más de zombis en una época donde ya todos estamos cansados de los muertos vivientes. Vamos, este año ya vimos que The Walking Dead no da para más e incluso salió y se fue del cine una horrenda parodia de la serie de televisión que, huelga decir, se fue directito a los servicios de vídeo en demanda en Estados Unidos.
Y luego tenemos el problema de la adaptación: tomar el libro para una historia de 98 minutos provoca que, más que tratar de analizar a los personajes que crea King (algo que suele funcionar muy bien en las narrativas de otras de sus series y películas), termina directo hacia los hechos, lo cual hace que termine como un clon más de la película zombi que ustedes ya hayan visto y esperen de todo, personajes que parecen importantes que mueren tres minutos después, giros de tuerca y clichés comunes del género y. claro, el final que uno puede esperar de una cinta de zombis cuando sientes empatía por el personaje principal.
¿Y si no sentimos nada por él? El otro gran problema de la película son las actuaciones. Bien, ahí tienes a Samuel L. Jackson siendo él mismo, aunque claro, midiendo los riesgos para que no se lo devoren los phonies, pero John Cusack, quien se supone debería tomar mayor peso en la película, no nos da los argumentos necesarios para que sigamos sus desventuras y realmente sintamos pena por lo que esta ocurriendo. Sí, uno desea que la película se acabe antes, no sé, con algún accidente que lo vuelva la cena de los phonies.
Ya no se diga del resto de elenco de actores, donde el director nos viene claramente a demostrar que no debemos sentir nada, pero nada de empatía por personajes desechables, que en el primer descuido ya se murieron o se separaron del grupo por alguna razón… básicamente, que se mueran o se vuelvan phonies…
¿Debería platicarles de los efectos visuales o de la fotografía? ¿Realmente debería darles una razón para que vean una película que, a decir verdad, no merece ni siquiera un espacio en SyFy? Conexión Mortal es un desastre anunciado, de un guión mal adaptado de una historia que ya nos cansamos de ver desde hace buen rato y cuyo director no pudo hacer el mejor esfuerzo por hacerla más aceptable, y sin faltarle el respeto a los actores, que está claro que hay ocasiones que vas a participar en una cinta nada más por cobrar el cheque, decir unas cuantas líneas y retirarte. No los culpo, hasta los grandes como Samuel L. .Jackson tiene sus resbalones.
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