A diferencia de otras franquicias de Pixar, Cars no ha caído tanto en el agrado del público cinéfilo. Especialmente con la segunda cinta, que no convenció con su historia de espionaje y su enfoque en Mater. Es natural que nadie esperaba la tercera parte, aunque no dejo de llamar la atención como el tráiler nos vendió la cinta.

Cars 3 es el debut del guionista Brian Fee como director y marca el regreso las voces de Owen Wilson, Larry the Cable Guy, Bonnie Hunt y Cheech Marin, además del debut en la franquicia de Arnie Hammer y Criztela Alonso, claro, todos ellos en la versión en inglés.

Rayo McQueen, el campeón por un buen tiempo de la Copa Pistón, se ve de pronto desplazado por un grupo de autos de nueva generación, encabezado por el arrogante Jackson Storm, quien provoca un terrible accidente que hace cuestionar su retiro, por tanto, McQueen recurrirá a nuevos métodos de entrenamiento con la ayuda de Cruz Ramírez, una joven entrenadora y fanática de las carreras.

Cuando comienza la trama pronto nos damos cuenta que, Cars toma paralelos con Toy Story 3, en una historia de aceptar que los tiempos cambian y que, por tanto, hay que cambiar, a diferencia de los juguetes que deberán soportar la idea de que Andy ya no jugará con ellos, aquí vemos esa sensación de abandono que implica el ser ya demasiado grande para hacer lo que te gusta.

 

¿Será el fin de Rayo McQueen?

La historia de pronto nos hace ver el primer Cars y la relación que había entre Rayo y el doctor del pueblo, Doc Hudson, quien le enseñó varias lecciones antes de que Rayo abandonara el pueblo y volviera a las carreras, lo cual de pronto se convierte en la médula espinal de la tercera cinta, para bien y para mal.

Podemos entender bien que a veces, para poder seguir haciendo lo que uno quiere, es bueno transmitirle el interés a alguien que pueda continuar tu legado y poder disfrutarlo desde otro ángulo y eso es lo que vemos en una buena parte de la trama con la relación entre Rayo y su nueva entrenadora Cruz Ramírez.

Dentor de lo negativo es que en el trabajo del guion, no toma riesgos en la historia, los personajes nuevos se agradecen y vemos en Jackson Storm a una especie de diva en las pistas que es completamente odiable, mientras a Cruz la vemos como una cebolla que nos costará trabajo ir quitándole las capas, de Storm se nota un rival muy plano y predecible, de Cruz una personaje compleja que termina agradando a la audiencia, especialmente  al dar un mensaje muy positivo respecto al papel de su personaje en la historia.

Cruz Ramírez nos sorprenderá con su participación.

De ahí que la dinámica cambie un poco a la hora de ver esa relación alumno-maestro que nos hace notar una historia un tanto distinta, algo que nos permitirá ver los desesperados intentos de Rayo por mejorar sus habilidades que lo harán entrenar en una playa abandonada o verse envuelto en un Derby de Demolición, bastante hilarante y con vehículos sumamente graciosos.

En cuanto al trabajo de voces de la versión en inglés, no es difícil detectar que Owen Wilson domina bien a su personaje y sabe darle forma y dimensión a los problemas por los que pasa Rayo y de ahí nos brincamos a Criztela Alonso quien, sin complicarse con el acento, sabe imprimir bien el torbellino de actitudes que tiene Cruz Ramírez para todo el camino que tiene que recorrer.

Arnie Hammer no tiene mucho que mostrar como Jackson Storm y en cierto modo su personaje me recordó mucho la arrogancia de algunos jugadores de fútbol americano o basquetbol, podría decir que era un tanto similar a la de Richard Sherman, si, de esos carros a los que te gustaría chocarlos por enfrente con una camioneta enorme.

 

El trabajo de animación resulta muy sorprendente.

De los actores del elenco anterior, Bonnie Hunt tiene peso en una escena importante de la película y, para alegría de muchos, Larry the Cable Guy, o sea Mater, no aparece tanto en la cinta, lo cual se agradece muchísimo. De ahí sumen a la ecuación un Nathan Fillon que hace un automóvil ricachón que le da dos escenas de peso a la trama y a un veterano Chris Cooper que deleita como el anciano bonachón dispuesto a ayudar a Rayo en un pueblito abandonado y tenemos un elenco sólido en cuanto a las voces.

En la cuestión técnica notamos que la animación por computadora ha mejorado muchísimo y en momentos parece que vemos algo que envidiaría un Forza o un Gran Turismo, dada incluso la similitud de los personajes con los autos reales, como el Corvette (Storm) o el Tesla (representando a una chica experta en estadísticas), de pronto las escenas de carrera, sobre todo los entrenamientos en caminos de tierra son muy detallados y si, uno desearía que los juegos de Cars tuvieran la calidad visual que tiene la cinta.

Y hay momentos donde realmente la gente detrás de Cars muestra toda la experiencia, especialmente en las carreras, en lo personal me encanto el Derby de destrucción y el entrenamiento especial en un pueblo olvidado, donde realmente los efectos visuales son geniales, sobretodo en la escena donde entrenan con toros tractores. La banda sonora no es tan importante, pero sabe colocarse en los momentos más adecuados de la historia.

 

Por si fuera poco, antes de la cinta tenemos el corto animado Lou, que nos cuenta como una serie de objetos perdidos deciden enfrentar a un bully que roba los juguetes de los otros niños y de pronto nos deja conmovidos en el intento, en medio de un gran chispazo cuando vemos a Lou en acción (una serie de objetos que parecen similares a un niño) intentando darle una lección al chico malo, dando Pixar, sin duda, la razón de por qué este corto va derechito a pelear por un Oscar.

Aunque se ve lejos de que Cars 3 llegue al mismo destino que Lou, considerando la fuerte competencia que tendrá con Coco o con LEGO Batman: La Película, tenemos una cinta que sabe cerrar bien el ciclo del Rayo McQueen, que dejará satisfechos a sus fans e incluso podría alzarse como la mejor en la saga más débil de Pixar, quizá dando pie a esperar nuevas historias en forma de cortos.

 

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