El pasado 11 de noviembre salió a la venta el primer juego de la saga Assassin’s Creed para la nueva generación de consolas, me refiero a Assassain’s Creed Unity. Junto con él también fue lanzado un título que se encargará de decirle adiós a la generación pasada, Assasains’s Creed Rogue. Conforme pasaron los años, Ubisoft se ha encargado de colocar esta saga entre una de las mejores en el mundo de los videojuegos y esto se debe en gran parte a su rica historia que mezcla de manera perfecta ficción y realidad. Assassain’s Creed Rogue viene acompañado de una nueva historia que nos revelará aún más secretos de la hermandad de los asesinos, así que preparen sus mejores habilidades de parkour y afilen sus dagas para descubrir si este juego es solo un complemento de la gran historia de la saga o logra brillar con luz propia.
Vamos a empezar con uno de los puntos más fuertes de todos los juegos de los asesinos de templarios: su historia. Assassin’s Creed Rogue se desenvuelve en la misma línea temporal que Assassin’s Creed IV, siendo éste el enlace entre Assassin’s Creed III y Black Flag. Aquí tomaremos el papel de Shay Patrick Cormack, quien es miembro de la hermandad de los asesinos. Cormack es un principiante en esto de los asesinatos, y es por eso que debe aprender ciertas habilidades para llevar a cabo sus misiones sin poner en riesgo a la hermandad. Aquí se te mostrará un pequeño tutorial para que sepas el uso de cada botón y que de inmediato te enfrentes a tus enemigos. En este aspecto, si ya has jugado algún título de la saga te darás cuenta que no hay mucha diferencia, así que no esperes ningún cambio mayor al visto en entregas anteriores. Siguiendo con la historia, Cormack contará con la ayuda de varios personajes a lo largo de su aventura, sólo que en esta ocasión, no estaremos del lado de los asesinos, sino de los templarios.
Esto sin duda es un cambio radical en cuanto a la perspectiva de la historia se refiere, ya que a lo largo de la saga siempre hemos visto todo desde los ojos de la hermandad de asesinos, así que esto te dará la ligera sensación de estar jugando algo nuevo. Nuestra aventura se desarrolla en la helada región del Atlántico Norte y, tal como en Black Flag, debemos hacernos de una embarcación y tripulación para surcar los gélidos mares de esas tierras y continuar con nuestras misiones.
Conforme vayamos avanzando iremos descubriendo más y más secretos alrededor de los asesinos y las razones por las cuales Cormack decidió traicionarlos y pasar al bando de los templarios. Aquí de nuevo la historia resalta por sobre lo demás, ya que de esta manera te envuelve a tal punto que vas a querer continuar con las misiones solo para descubrir qué pasa después. En cuanto a los movimientos en las batallas, éstas suelen ser un poco más fluidas, ya que enfrentaremos a asesinos con grandes habilidades y no a soldados o guardaespaldas.
Este aspecto le da otro punto a favor al juego, ya que en entregas anteriores los movimientos de los enemigos están predefinidos y con sólo presionar un botón en el momento preciso podemos esquivarlo y contragolpear gracias a las grandes habilidades de nuestro personaje, pero en esta ocasión los asesinos elevarán el reto. Pasando al armamento del que dispone Cormack, éste será más variado que en otras entregas debido a que estamos del bando templario. Las armas que iremos obteniendo lucen bastante bien y están muy bien detalladas, como siempre, en este aspecto el juego se saca un diez, al representar de manera muy fiel el armamento que se utilizaba en aquella época.
Como ya es característico de estos juegos, el mundo donde se desarrolla es bastante extenso, dándote a veces la sensación de que de verdad no tiene fin. Deberemos recorrer hasta el último rincón del inmenso mapa para descubrir todos los secretos ocultos de la manera habitual, subiendo al punto más alto de la zona para hacer uso de la “vista de águila”.
En cuanto al control del navío, éste no es distinto al visto en Black Flag y, aunque no es malo, me hubiera gustado que se tomaran el tiempo para mejorarlo, ya que varias veces los controles no responden la mejor manera y no se sienten tan fluidos como deberían. De nuevo, aquí no encontramos ninguna novedad, algo que deja mucho que desear. Gráficamente el juego luce muy bien, los efectos de luz y sombras están muy bien logrados, sin embargo, algunos “bugs” hacen de las suyas en los rostro de los diversos personajes que habitan el mapa, quitándole algo de encanto al juego, detalle que se viene sufriendo desde entregas atrás.
Entonces, ¿Assassin’s Creed Rogue es Black Flag sólo maquillado? La respuesta es no. Rogue tiene los suficientes méritos para brillar con luz propia y hacerse de un lugar en la saga, sin embargo, siento que Ubisoft pudo prestarle más atención a ciertos detalles como las animaciones y controles, no sólo a la historia, que creo no necesita de ayuda. Los fanáticos de la saga, sin duda, disfrutarán de este título, ya que el hecho de estar del lado de los templarios hace que el juego tenga otro “sabor”, sin embargo, la sensación de estar jugando Black Flag algunas veces será inevitable.
Esto ha sido todo de mi parte, banda, les escribió su amigo Dr.Gamer, nos leemos en la próxima.
