Si bien el género fantástico medieval ha tenido algunos altibajos en los últimos años, es bueno ver que algunos estudios se han dedicado a rescatar y desarrollar grandes historias y juegos en torno a este vasto universo de la literatura. Aquí entra en juego KING Art Games, estudio que gracias a Kickstarter pudo concebir su propia versión del best-seller The Dwarves escrito por Markus Heitz. Tomaremos el rol de Tungdil Goldhand, un enano criado entre humanos que tendrá que realizar un viaje para descubrir el mundo. Como toda buena historia de enanos, está lleno de acción, toques de humor, y momentos épicos que nos acompañaran durante toda nuestra jornada.

Los diálogos y las actuaciones son buenas. La historia es un punto fuerte del juego.

Algo curioso es que combina elementos de rol, acción, y “dungeon crawler”. En el mapa, tendremos que elegir nuestro próximo destino con la particularidad de que las demás facciones y enemigos también se moverán provocando situaciones tácticas interesantes. De igual forma, la historia se va desarrollando mediante diferentes diálogos entre los personajes, en algunas ocasiones  tendremos que tomar decisiones que afectarán ciertos momentos clave y el desenlace del juego. Esto provoca que, aún sin llegar al combate, cada decisión que tomemos sea importante.

Entrando al sistema de combate, The Dwarves te hace sentir como un verdadero enano medieval con capacidades únicas. La mayoría de las veces estaremos en desventaja numérica, lo que nos obligará a medir nuestros movimientos y ataques, no solo de nuestro personaje, sino de nuestros compañeros también. El juego cuenta con un sistema en tiempo real con la cualidad de detener la acción para analizar nuestra posición, salud, ubicación de nuestros compañeros y debilidades de nuestro rival. Esta mezcla de desenfreno y estrategia le viene muy bien, y abarca una gran cantidad de gustos para aquellos no tan familiarizados con los videojuegos de estrategia o de acción.

Desgraciadamente, todo el potencial del sistema de combate es desperdiciado por enemigos poco trabajados, falta de profundidad en armas y elementos que te ayuden a combatir, y escenarios muy básicos e incluso reciclados. Pronto se vuelven un trámite tedioso para seguir conociendo los hechos.

Aunque los escenarios cuentan con interacción, esta se ve mermada por la poca profundidad del combate.

Aunque uno de los añadidos que le agregan gran interactividad es la física, en ocasiones en tu contra, siendo satisfactorio terminar con enemigos lanzándolos de un acantilado, pero cuando lo realizas por enésima vez, esta acción pierde impacto y hasta se vuelve un atajo fácil para acabar con varios enemigos a la vez.

En aspectos técnicos, es increíble que si uno de los objetivos de KING Art Games era tener la pantalla repleta de enemigos, no pudieran solucionar los problemas de framerate. Un error muy grave a mi parecer ya que en muchas ocasiones verás alentarse a tu consola a causa de las hordas de enemigos en pantalla. De igual forma las pantallas de carga son una constante que, aunque sean de corta duración, aparecen más de lo deseado.

Por último, la música del juego es la adecuada sin llegar a lo excelsa, dejando un sabor agridulce a la experiencia, ya que tener una buena banda sonora hubiera ayudado mucho a las batallas.

Los problemas técnicos y de desempeño son constantes en el título.

[marstheme_review post_id=»131253″]