Dentro del género de horror y thrillers, es recurrente tocar el tema de lo sobrenatural. Recientemente se estrenó en las salas de cine la película de La Ouija: El Origen Mal; dirigida por Mike Flanagan.

La historia se sitúa en el año de 1965, en la ciudad de Los Ángeles.   Donde Alice Zander, personaje interpretado por Elizabeth Reaser, es una joven viuda, madre de dos niñas; cuya manera de ganarse la vida es ser medium haciéndole creer a sus clientes que existe una comunicación con sus seres queridos en el más allá. Un día Alice decide agregar un truco a su rutina y es cuando descubre la ouija, como un nuevo medio para atraer más clientes y dar mayor credibilidad a la experiencia sobrenatural.

La Ouija: El Origen del Mal

Sin embargo, a partir de la adquisición de este elemento empiezan a suceder situaciones extrañas en casa de la familia Zander y es Doris, la hija mejor de la familia, quien se vuelve más sensible y receptible a la presencia de entes. Doris (Lulu Wilson) empieza a comunicarse, a través de la ouija, con los espíritus que habitaron en algún momento su casa; incluyendo a su padre ya fallecido.

Conforme avance la trama estos espíritus se van apoderando poco a poco de Doris y es su hermana mayor, Lina (Annalise Basso) quien comienza a notar un extraño comportamiento en su hermana, al dejar de asistir a la escuela, movimientos, miradas, etc. Cabe destacar que la actuación de Lulu Wilson es de las mejores dentro de esta cinta.

La Ouija: El Origen del Mal

Estos entes tienen su propia historia dentro de la trama y lo que busca es angustiar a todos los habitantes que han profanado su antiguo hogar.

La historia en general llega a ser interesante, pero al referirnos del elemento “ouija” dentro de una película, sabemos que veremos sombras a la media noche, apariciones repentinas o imágenes de fantasmas reflejadas en los espejos.

En lo personal, lo me gustó de la película fue que, antes de entrar a la trama de horror, vemos situaciones familiares cotidianas incluso uno que otro comentario o escena con un par de diálogos que llegan a sacar una risa entre los espectadores.   Y se agrade el hecho de que dedique parte de la cinta para conocer un poco más a los personajes.   Es cuando avanza la cinta, que ya comenzamos a hablar de tener a los espectadores en suspenso.

Sobre los efectos especiales no hay mucho que decir, hablando particularmente de los entes que, al momento de verlos materializados no llegan a causar gran temor.

Recordemos que esta cinta es precuela de La Ouija (2014), historia protagonizada por un grupo de jóvenes dentro de la misma casa. Si hacemos una comparación entre ambas películas, sin duda la más reciente de El Origen del Mal, llega a ser mucho mejor: tanto en actuaciones, como en trama y toda la ambientación perfectamente ubicada en los años 60.

La Ouija: El Origen del Mal

Sin embargo, y a pesar de lo anterior, esta secuela no llega a ser ese thriller que logre destacar por sí sola. Llega a tener un buen inicio, pero se vuelve predecible.

Llega a ser un buen pretexto para visitar las salas de cine y ver películas de horror en vísperas de las festividades del Día de Muertos y Halloween.