El hombre se diferencia del animal en que bebe sin sed y ama sin tiempo. – José Ortega y Gasset

(reseña de Victoria Galindo Rizo)

Animal Vertical (Rester Vertical, Francia, 2016) es la quinta película del director Alain Guiraudie y que fue nominado a la Palma de Oro en Cannes el año pasado.

Hace cuatro años, el director se hizo notar en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes con su thriller erótico El extraño del lago (L’inconnu du lac, 2013). El cineasta francés ya tenía cinco largometrajes profesionales en su carrera, pero fue hasta la presentación de esa intriga minimalista, con una poderosa carga sexual y una oscura visión psicológica de sus personajes, que ganó reconocimiento internacional.

Su nueva película muestra el delirio de un padre soltero, cineasta frustrado y sexualmente confundido, es más irreverente, incongruente y hasta surrealista de lo que se hubiera esperado. Con pequeños toques evidentes a los textos de la Biblia.

La historia comienza cuando Léo (Damien Bonard) llega a la campiña francesa sin un rumbo fijo. Cuando va en la carretera, encuentra a Yoan (Basile Meilleurat), un joven que le parece bastante atractivo y a quien trata de convencer de que podría ser un gran actor, pero quién no le hace caso.

Al verse rechazado continúa su camino, donde se encuentra a Marie (India Hair), una pastora armada con un rifle que cuida el rebaño de su padre, Jean-Louis (Raphaël Thiéry), de la amenaza de los lobos y con la cual comienza una relación. Ella tiene dos niños y pronto un bebé de él, al que rechaza al punto de irse de la granja dejando a Leo a su cuidado, con solo su suegro merodeando.

Después de verse abandonado, Leo junto con su bebé (que no deja de llorar en toda la película), se interna en el bosque en busca de una especie de sanadora a cuya consulta llega por bote (Laure Calamy) y quién lo conecta a un árbol para intentar sanarlos. Ya que Yoan, el joven que conoce desde un inicio, lo sigue rechazando, Leo comienza una relación de amistad con Marcel (Christian Bouillete), el viejo con el que vive Yoan y a quien le ha robado sus ahorros para alejarse de él.

Pero Leo enfrenta un destino difícil a partir de que sale huyendo de la granja cuando Jean-Louis le hace una propuesta nada decente y cuando vuelve a huir una vez se encuentra con su productor ansioso por el guion que Leo debía haber escrito y entregado desde hace mucho tiempo. Leo deberá tomar una difícil decisión: seguir su vocación y alimentar a su hijo o perder todo y aventurarse a lo desconocido.

Es una película complicada de digerir, no es una película fácil y es necesario tener un criterio amplio para apreciar lo que el director pretende mostrarnos en cada escena.

La película está llena de simbolismos, que en su momento llegan a caer en lo absurdo hasta tocar lo fársico y surreal. Como ha de esperarse del director Alain, sus escenas eróticas están cargadas de una explicites que puede llegar a lo grotesco, ya que son demasiada crudas y pueden consternar al espectador, convirtiendo el acto sexual literalmente en todo “un parto”..

Es una película con un ritmo muy lenta y con escenarios muy repetitivos y como he mencionado llena de simbolismos, que si no llegas a entender, pensarás que no deja nada al espectador. Pero si logras entenderla, verás el juego en el que quiso meternos el director, que es tratar de comprender la visión de un hombre (me refiero al género masculino), referente a su relación con su naturaleza que es ser lobo, en la que uno tiene que jugar al cazador y a la presa durante el transcurso de la vida, donde las decisiones tomadas pueden llevar a caminos sinuosos, rectos, peligrosos, muerte, fracaso (metafóricamente) o al éxito (pero sin disfrute).

Las actuaciones no sorprenden en nada, pero logran transmitirnos esa crudeza, esa falta de emoción que, toma tras toma, Alain quiere transmitirnos; esa realidad humana que, cuando estas arriba puedes con todo, pero con una decisión mal tomada, todos -como lobos hambrientos- se vendrán encima de uno.

Cada personaje es manejado de una forma cruda, realista, con falta de emociones, hasta llegar a un punto que parece que el protagonista está sumergido en un sueño tan irreal que ni él entiende qué lo ha llevado a ese punto de abandonar todo, y aferrarse a lo único que le da vida y esperanza: su hijo.

Como es una película cruda y de humor negro, la musicalización se vuelve nula. De hecho, la poca música que escucharemos proviene de diferentes aparatos de radio que tienen los personajes a la mano, como estéreos de autos o un reproductor de discos compactos.

Esta cinta no es para cualquier audiencia. De hecho, su propia clasificación, solo adultos, lo confirma, ya que como hemos comentado habrá escenas demasiado explicitas y la ejecución será difícil de asimilar para cualquier cinéfilo promedio.

[marstheme_review post_id=»136673″]