Durante el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, tuvimos la oportunidad de participar en diferentes eventos, algunos de estos eventos ya los hemos platicado en los diferentes artículos que hemos publicado.

Podemos resaltar dos eventos en particular que platicaremos en este artículo:

El primero fue el hecho de experimentar el cine en un modo distinto con el Cinetransformer, que fue ubicado en la Rambla Cataluña, a las afueras del Museo de las Artes (MUSA).

¿Qué es el Cinetransformer? Una unidad móvil que es habilitada para mostrar películas que se puede montar a un tráiler y llevarlo a cualquier parte, esta unidad cuenta con su pantalla y con 90 asientos (aunque debemos decir que no son muy cómodos que digamos) además de aire acondicionado (que funciona bastante bien) y sus propios proyectores que realmente supieron dar una calidad muy buena de imagen.

Al final de la proyección pudimos conocer a los directores de los siete cortometrajes.

La idea de la compañía es poder llevar al cine a lugares donde no esperaríamos ver una película como parques o plazas públicas y poder mostrar la cinta a nuevos públicos sin la complicación de que el clima nos pueda echar a perder la proyección (como dato curioso esa tarde llovió y la presentación del documental Chavela en el Auditorio Telmex se tuvo que postergar).

Tuvimos la oportunidad de ver siete cortometrajes latinoamericanos:

  • El Pozo (Argentina): Dos hombres van al bosque a hacer un pozo, lo que no sabe uno de ellos es que su amistad será puesta a prueba y su vida corre peligro.
  • Spark (México/Estados Unidos/Venezuela): El uso de un aplicación para teléfonos móviles ayuda a un grupo de estudiantes venezolanos para coordinar manifestaciones para encontrar a un hombre desaparecido por el gobierno.
  • Doppleganger (Argentina): Una sátira sobre el excesivo uso de los dispositivos móviles y la constante presunción en las funcionalidades de sus aplicaciones.
  • Volks (Uruguay): Una historia donde la dulzura del primer amor, el calor del verano, el sabor del asado y una alberca improvisada se retratan en este colorido corte.
  • Rosinha (Brasil): Un hombre de avanzada edad decide conseguirle un novio a su esposa Rosinha, temeroso de dejarla sola con su discapacidad.
  • Hambre (México): Un hombre reflexiona sobre su vida mientras agoniza al tratar de satisfacer uno de sus más grandes deseos.
  • Cerulia (México): Una joven acude a una casa abandonada para despedirse de sus recuerdos, pero pronto estos intentarán apoderarse de ella.
Cerulia nos dejó sorprendidos con su historia de terror hecha en stop-motion.

Si bien puedo comentar que las siete cintas fueron buenas, debemos resaltar el caso de Cerulia, una producción tapatía, dirigida por Sofia Carrillo, fue la que dejó sorprendida a la audiencia por el esfuerzo mostrado con su animación en stop-motion. A la postre, Cerulia, no solo se ganó nuestro cariño sino también se llevó el Premio Rigoberto Mora a la Mejor Animación del Festival.

El miércoles 15 decidimos acudir a la función al aire libre que se dió en la Rambla Cataluña, donde en el ciclo Cine Culinario se mostró la cinta Todo Sobre el Asado.

Dicha cinta es un documental dirigido por Mariano Cohn y Gaston Duprat que intenta relatar de un modo relajado y bastante divertido, todo lo que se puede contar sobre uno de los ritos más comunes entre los argentinos (uruguayos, algunos brasileños y posiblemente también deberíamos incluir a los sonorenses) del asado.

El documental es bastante jocoso, no intenta descubrir el hilo negro sobre el tema, pero deja claro todo lo que podemos tratar de saber sobre el asado, sobre la carne que se usa en el asado, los cortes más conocidos que le podemos encontrar a la vaca, las diferentes maneras de asar la carne, desde el asado común de una casa en Argentina hasta los asados comunitarios en los pueblos del interior.

Todo sobre el Asado dejo con apetito a decenas de tapatíos en la Rambla Cataluña.

También el documental decide explorar también el impacto social que tiene el asado (como una hilarante discusión sobre la orientación social de dicho acto), la forma de criar vacas y su impacto en el sabor de la carne, los riesgos para la salud que conlleva comer tanta carne asada (incluyendo los riesgos dentales) y hasta las expresiones artísticas que el asado invoca entre canciones, poesías y hasta una infame obra artística que, frente a la abominable cinta Tenemos la Carne (México, 2017), se torna un acto impresionante.

Lo único lamentable fue el hecho de que la promesa de food trucks alrededor de la Rambla para apoyar el impacto del apetitoso filme quedó en un puesto de empanadas argentinas y un food truck de choripanes que fueron insuficientes para satisfacer los antojos de las decenas de tapatíos que presenciaron el filme y se tuvieron que conformar con palomitas gratis.