Los chicos de Flying Turtle Software, nos traen la experiencia de A walk in the Dark, un título que salió en steam hace un par de años, pero ahora tuvimos la fortuna de probarlo en consolas.

A walk in the Dark se centra en la historia de una niña llamada Arielle y su gato Bast, el cual el arte de los entornos y de los personajes serán similares al cuento famoso de Lewis Carol de “Alicia en el País de las Maravillas” en un inicio controlaremos a Bast, que estará al rescate de la recién raptada Arielle, conforme progresemos podremos alternar entre ambos personajes.

En el apartado gráfico, al controlar a Blas, se asemejará a propuestas en tonos obscuros, como lo presentado en Limbo, se queda demasiado corto al no poseer un nivel de profundidad y el detalle de las siluetas en las sombras es pobre.

A pesar de controlar ambos personajes, la fortaleza recae en el uso del felino, ya que Arielle simplemente saltarás y podrás estar alternando entre el suelo y el techo mediante el uso de la gravedad, por otro lado, utilizar a Blas requiere de una mayor habilidad. Blas podrá hacer grandes y cortos saltos, dependiendo del impulso que le pongas en el stick, en un inicio estos saltos serán indiferentes, pero conforme progreses y requieras de una mayor precisión, esto será vital. Los controles no serán del todo precisos, hay un tenue lag o una física difícil de controlar, por lo que requerirás de varios minutos acostumbrarte.

Si bien es un juego de plataformas, no te dejes guiar por lo visual, A walk in the Dark, aparentará ser una propuesta artística, pero se aleja de eso y se enfoca más en brindarte una experiencia frustrante, de una dificultad que se va elevando poco a poco, y requiriendo una precisión en los actos que solo los fanáticos de los juegos hardcore podrán disfrutar.

La presente monotonía de los niveles se verá diluida un poco por ciertos niveles similares a carreras, en donde no controlarás al personaje, más que alternando en las gravedades y requieras de un buen timing para salir airoso. Estos niveles serán experiencias rápidas, ya que cada uno de ellos podrás finalizarlos en segundos, ideal para los amantes del speedrun.

El juego será duradero, ya que te ofrecerá más de 80 niveles a tu disposición, por lo que le invertirás un buen de tiempo para terminarlo (cerca de 10 horas) asimismo podrás recolectar unos orbes en cada escenario, así como terminar el mundo contra reloj, por lo que el replay value se verá incrementado.

El gran problema de A walk in the Dark es su falta de identidad: el combinar lo mejor de varios mundos no es sinónimo de que un juego sea de calidad, por ejemplo, tenemos la influencia visual de Limbo, pero no llega ni se acerca a lo ofrecido en el título antes mencionado, asimismo quiere ofrecer una dificultad elevada como en Super Meat Boy o en VVVVV, pero no llega a atrapar o hacerte regresar, ese sufrimiento masoquista de querer pasarlo no está presente aquí. Pareciera que tendrá una historia interesante a lo minimalista con toques de Alicia en el País de las Maravillas, pero se ve opacada e intrascendente al paso de las misiones. Finalmente, las tonadas de piano relajantes, si bien son buena música, no empata para nada para lo que estamos viendo y viviendo, una frustración constante por querer pasar el mundo.

 

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