En el 2013 tuvimos la oportunidad de ver una de las películas más alocadas que Guillermo Del Toro ha concebido, Titanes del Pacífico, donde pudimos ver una historia que concretaba la eterna fantasía de ver una gran cinta occidental con mechas (naves gigantescas con formas humanoides, o en pocas y simplonas palabras, «robots gigantes») llamados Jaegers que defienden a la humanidad de enormes monstruos llamados Kaijus que intentaron acabar con la humanidad en épicas batallas que, fuera del Japón, solo nos imaginábamos viendo los Power Rangers (que, a la postre, era solo una adaptación estadounidense de una serie japonesa de sentai) o estrellando nuestras figuras de acción unas con otras. 

Si bien no tuvo el éxito esperado en Estados Unidos (gracias a Adam Sandler y Salma Hayek), en China, México y Corea del Sur fue todo un éxito e impulsó a que Legendary Pictures, ahora propiedad de una compañía china, impulsara el desarrollo de una secuela en la cual Del Toro vuelve a ser el productor, pero el director es ahora Steven S. DeKnight, el director de varios episodios de la serie Daredevil. 

La cinta cuenta con las actuaciones de John Boyega, Scott Eastwood, Jing Tian, Adria Arjona (no es coincidencia, es la hija del infame compositor guatemalteco) y Cailee Spaeny, mientras que regresan de la cinta original los actores Charlie Day, Burn Gorman y Rinko Kikuchi entre otros actores. 

 

Gypsy Avenger encabeza ahora la resistencia de la humanidad

za ahora la resistencia de la humanidad[/caption] 

Jake Pentecost prometía ser no solo un gran piloto de Jaegers sino un digno sucesor de su legendario padre. Diez años después de la guerra y sumido en el mercado negro de partes de Jaeger, pronto Pentecost se ve envuelto en un robo mal ejecutado que lo lleva a ser enviado a entrenar cadetes que pronto podrían pilotear Jaegers ante el posible regreso de los Kaiju. No obstante todo parece estar en paz y con la llegada de una nueva arma automatizada, todo indica a que será un asunto obsoleto, eso si no se atraviesa un complot que podría traer a los Kaiju de vuelta a destruirlo todo. 

Cuando salí del cine debo decir que había dos cosas en mi cabeza, por un lado debo afirmar que para alguien que creció estrellando sus figuras de acción unas con otras imaginando épicas batallas de robots contra monstruos, es una historia que funciona bastante bien en mi cabeza, con un segundo y tercer acto lleno de momentos de acción que dejan entretenido a cualquier que ama el género, con jaegers que superan a los diseñados en la cinta anterior, con unos kaijus que realmente sorprenden en la forma que son usados e incluso giros de tuerca que solo se concebían en series como los Power Rangers, funcionan muy bien en el momento climático de la película. 

Pero del otro lado tenemos un serio problema, la cinta, desde el momento en que fue concebida, parecía que iría por el mismo camino que terminó tomando la secuela de Día de la Independencia. No lo tomen a mal, pero tanto la primera cinta de esa franquicia como Titanes del Pacífico eran tan conclusivas, que era difícil concebir que una secuela se acomodara bien. De hecho, ambas cintas coinciden en mucho, en la forma en que la humanidad de adapta a posibles nuevas amenazas, en la forma en que dicha adaptación no funciona en lo absoluto y, peor aún, en la forma en que pretenden ambas cintas vender una tercera parte que, posiblemente, no ocurrirá (100% seguro con Día de la Independencia y creo que Titanes va para ese camino a menos que China diga lo contrario). 

 

Un nuevo grupo de guerreros buscan salvar al mundo

Y el primer acto de la película es todo un momento decisivo para los asistentes al cine, que es en sí, una presentación de todos los personajes, y si no sientes química pronto con el protagonista, un cínico Jake Pentecost que sabe interpretar bastante bien Boyega, pero que le cuesta trabajo al director darle la química adecuada con actores que no dan el ancho como Scott Eastwood (que solo parece haber heredado el mentón pero no el talento de su padre Clint) o Adría Arjona, mientras logra tener una química aceptable con la debutante Cailee Spaeny o incluso con la veterana Rinko Kikuchi. Si no aceptas a este Pentecost, es probable que ya no quieras ver el resto de la cinta. 

Si, el primer acto es lento y con poca acción (aunque se agradece el detalle del robot que se hace bolita) y ese mal sabor de boca se diluye bastante si disfrutas de la acción en el segundo y tercer acto de la película, de lo contrario, terminarás muy insatisfecho de la cinta, pues no comprarás con tanta facilidad la idea de un mundo futurista con robots gigantes. 

Está claro que el personaje de Boyega va evolucionado conforme avanzan los eventos de la cinta, y los guiños a la cinta anterior como ver a Rinko Kikuchi, pero, mejor aún a Charlie Day y a Burn Gorman repetir sus papeles de científicos obsesionados con Kaijus, llevándolos a nuevos niveles de obsesión, al punto de que incluso vemos un giro de tuerca que, a mi parecer, termina descarrilando un poco la intención de la película al darnos un villano muy mal planteado y sumamente patético. 

 

Los kaijus regresan e incluso mas grandes.

De los personajes nuevos, fuera de Boyega, vemos a Jing Tian dando a un personaje que se ve bastante firme en cumplir los objetivos y que, hasta cierto punto, da un toque villanesco a su personaje pero también sumamente humano que se aplaude conforme evoluciona la cinta. De ahí anotaría al dinámico personaje de Cailee Spaeny que toma ese  papel de la «hermanita menor inteligente» que parece volverse una tendencia en el cine últimamente y fuera de eso pues un elenco que ya no agrega más a la cinta más que personajes bastante planos. 

La banda sonora cumple con su trabajo y sabe alimentar la tensión y las emociones, sobre todo a la hora de ver por fin a los kaijus y a los jaegers en acción. Los efectos visuales pierden un poco de fuerza al mostrarse a plena luz del día, aunque una batalla nocturna me hizo reflexionar en el tono «transformers» que de pronto amenaza tomar esta película.  Si, Pacific Rim no ocupa tantas explosiones, tan solo que sigan siendo golpes espectaculares y edificios que se caen, con eso me basta. 

Si, está claro que sin Del Toro, la segunda cinta pierde bastante fuerza, pero esto no la resta de ser una cinta divertida, palomera que hará felices a los fans de ver monstruos y robots gigantes pelear mutuamente en una ciudad. Es probable que tardemos en ver otra vez a los Jaegers en acción en una tercera película, pero en lo que llega Mazzinger Z al cine, este va a ser un excelente calentamiento a nuestros deseos de ver robots gigantes en la pantalla grande. 

 

 [marstheme_review post_id=»147724″]