Desarrollado por el estudio español Baroque Decay, The Count Lucanor nos ofrece una oscura y retorcida versión de un cuento de hadas, que se asemeja a las historias originales de los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen.

The Count Lucanor” nos cuenta la historia del pequeño Hans, un niño de diez años, que vive únicamente con su madre en una humilde cabaña en las afueras de un bosque, su padre se marchó a la guerra y no se ha sabido más de él; el día de su décimo cumpleaños, ante la falta de un regalo o dulces, cansado de vivir en pobreza, decide dejar a su madre y su hogar para emprender un viaje en busca de fama y fortuna, ya que después de todo, a los diez años ¡ya se es todo un hombre!. Al poco tiempo de marcharte, te encuentras con diferentes personajes con los que deberás tomar diferentes decisiones, tú decides ayudarlos o no, pórtate amable con ellos y quizás te ayuden más adelante en tu aventura, sé grosero con ellos y quizás cuando los encuentres más adelante te guarden un resentimiento que hará más difícil tu aventura. Aquí es donde el juego comienza a volverse oscuro y bizarro, después de lo que parece ser un simple picnic con un joven pastor de cabras y con unas cuantas copas de vino en la cabeza, despiertas un poco desorientado, para descubrir que el joven ha sido decapitado por una versión demoniaca de las apacibles cabras que se encontraba cuidando uno instantes atrás. Asustado, Hans decide regresar a casa, pero en el trayecto de vuelta se encuentra con un enorme castillo que pertenece a un excéntrico personaje llamado el Conde Lucanor, quien al parecer está en busca de un heredero que ocupe su lugar y sea recipiente de la enorme y vasta fortuna que posee.

 

Al ingresar al castillo, te encuentras con el mayordomo del Conde, un simpático pero extraño duendecillo que te explica que antes de concederte una audiencia con aquél y verificar que eres digno de heredar su fortuna, debes pasar una serie de pruebas, la primera de ellas, adivinar su nombre, lo cual no es una tarea sencilla pues han sido muchos los que infructuosamente lo han intentado, por lo que decide darte una pista, esparcidas dentro de los diferentes cuartos del castillo, se encuentran las letras que componen su nombre, cuáles son las correctas y cómo ordenarlas, te toca a ti descubrirlo. Así, el pequeño Hans deberá internarse y navegar dentro de los oscuros pasillos del recinto a efecto de superar las múltiples trampas y acertijos que rodean las letras del nombre del duendecillo para poder obtener la fama y riquezas que tanto desea. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro y las decisiones que tomes afectarán enormemente el desenlace de la historia.

 

El apartado gráfico es sencillo, ya que opta por un estilo retro con gráficos que mezclan 8 bits y 16 bits, destacando que contiene hermosas animaciones hechas en pixeles que parecen salidas de una película de Disney.

La música es simple pero cumple totalmente con su cometido, pues las melodías logran evocar un verdadero ambiente tétrico y de tensión que te tendrá en alerta la mayor parte del tiempo; los efectos sonoros en más de una ocasión pondrán tus nervios de punta, ya que escucharás pasos sin conocer de dónde, quién o de qué provienen, así como lamentos y respiraciones que agregan un nivel de angustia que hacen terrorífica la experiencia. Eso sí, para un mayor nivel de inmersión, te recomiendo jugar con unos buenos audífonos.

En cuanto al gameplay, “Th eCount Lucanor” mezcla elementos de survival horror, aventura y rpg, que nos recuerda un poco a aquellos viejos juegos de point and click, deberás recorrer los oscuros pasillos y habitaciones con la ayuda de velas, mientras tratas de esquivar a los enemigos que acechan y que sólo esperan encontrarte para mandarte a una mejor vida; aunque un poco corto en cuanto a duración, ello no merma en la experiencia total del juego, ya que al existir diferentes maneras de completarlo y diversos finales que dependen de las decisiones que tomaste durante el desarrollo de la historia, se agrega un valor de regujabilidad que te tendrá recorriendo el castillo en varias ocasiones; por ejemplo, puedes tomar el camino largo y encontrar cada una de las letras que componen el nombre del duendecillo solucionando los distintos y peligrosos acertijos que rodean cada una de ellas, o tal vez podrías, si encuentras la pista correcta, escabullirte en una habitación y adivinarlo por accidente como en el viejo cuento de Rumpelstilskin.

Al ser un niño de diez años, no cuentas con muchos medios para defenderte de los extraños enemigos que acechan los largos corredores y habitaciones del castillo, así que tu mayor arma serán las velas que irás encontrando a lo largo de la aventura, las cuales deberás colocar estratégicamente para que logres alumbrar un poco y así, anticipar la presencia de la entidades demoniacas que rondan en tu búsqueda, quienes una vez que te vean, no tengas duda de que irán tras de ti.

Los acertijos son relativamente sencillos y no requieren de mucha lógica para resolverlos, deberás accionar palancas, empujar cajas y en algunos casos, encontrar un ítem específico que te ayude a superarlos; por otro lado, es fácil perderse en los pasillos y vagar un poco sin saber qué hacer, por lo que te recomiendo que siempre tengas velas de reserva para poder iluminar y ubicar fácilmente dónde te encuentras. Asimismo, a lo largo de tu aventura encontrarás diferentes artículos que te ayudaran, además de superar los rompecabezas que el juego te presenta,  para interactuar con alguna de las personas que se localizan dentro del castillo, desde manzanas que podrás usar para darle de comer a un burrito hambriento, hogazas de pan para recuperar tu salud, llaves, cubetas (para llenarla con agua y quizás apagar un fuego o bien, llenarla de sangre para regar una planta) y hasta habichuelas mágicas. También encontrarás diversas notas  firmadas por un personaje misterioso llamado J.F. que jugará un papel importante dentro de la historia y una simpática caza recompensas.

El juego no cuenta con una opción de autoguardado, así que para salvar tu partida debes pagar una moneda de oro a un misterioso cuervo que se encuentra en el patio principal del castillo, lo cual si no estás acostumbrado puede hacer un poco pesada la experiencia o bien añadirle más reto al juego, ya que en la eventualidad de que mueras (y lo harás muchas veces) sin haber guardado, tendrás que repetir nuevamente todo lo avanzado desde tu última partida.

No obstante lo anterior, el juego tiene algunos puntos en contra, Hans se mueve demasiado lento, en más de una ocasión me desesperé por no poder escapar a tiempo de los enemigos y tener que repetir el trayecto para llegar a determinada habitación, sin embargo esto no es lo suficientemente frustrante como para arruinar la experiencia.

En suma, “The Count Lucanor” logra destacar dentro de la enorme oferta de juegos indie que actualmente existe; con una historia envolvente, excelentes efectos sonido, este escalofriante cuento de hadas pondrá tus nervios de punta y hará que pases un buen rato.

 

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