La dura realidad es a veces no todos jugamos todos los juegos que se supone deben constituir lo que un conoisseur debe saber sobre su tema. Algunos “expertos” en cine jamás han visto El ciudadano Kane, Casablanca, Lo que el viento se llevó o no saben quién es Lawrence de Arabia. Otros “amantes de la música” nunca han escuchado a Miles Davis, B. B. King, Buena Vista Social Club.
En mi caso, nunca había jugado un Shin Megami Tensei en mi vida, ni siquiera sabía que significa la frase (significa “Reencarnación de la nueva diosa”).
Nunca rechazando un reto o una recomendación acepté vigorosamente el desafío porque lo que vi en E3 parecía una cita rápida en 5 minutos con una chica de linda sonrisa con piel suave que huele a vainilla pero al descargarlo y empezar a jugarlo me di cuenta que no deja de hablar de sus mascotas y que tan adorables se ven cuando ruedan en el piso.
Shin Megami Tensei IV es un RPG japonés tan japonés que inventó un universo paralelo donde los personajes tienen como armas celulares inteligentes y demonios de la religión sintoísta como armas.
La historia no ganará un premio VGA, pero mantiene tu interés durante las transiciones y cambios de tu personaje, no andas por el mundo escuchando “eres el elegido” ni “es tu destino” simplemente hay buenas razones para ir al siguiente punto en la historia.
Interpretas a Flynn, mejor conocido como “(Inserta tu nombre aquí)” en su camino de convertirse en samurái en el tranquilo reino de Mikado donde tu viaje de autodescubrimiento te llevará eventualmente a un Tokyo post apocalíptico arrasado por demonios y a perseguir a un misterioso personaje conocido como “El Samurai Negro”.
El tipo de juego es un combate por turnos con arte de novela gráfica donde los demonios y personajes enemigos no son animados, solo es el mismo dibujo moviéndose ligeramente de un lado al otro en reacción a tus ataques.
El gameplay es un típico Dungeon crawler donde sales de un calabozo infestado de monstruos después de eliminar al monstruo más fuerte, después buscas pistas en el mundo, hablas con gente, eliminas algún demonio para tener acceso al siguiente calabozo, pero en este juego logra mantenerse interesante, alejado de lo repetitivo, aunque un poco confuso.
En un punto estaba en una misión de encontrar una base militar y las pistas me llevaron hasta una base subterránea donde aún no podía entrar por “ser muy débil” a pesar que estaba por arriba de los demonios que rondaban el área, seguí otras pistas para encontrar un demonio fuerte, vencerlo y obtener un talismán que estaba seguro era la llave que me concedería acceso al siguiente calabozo pero seguí obteniendo el mismo resultado, aún era “muy débil”.
El problema es que sales a un overworld sin muchas pistas y salvo por el nombre en la parte superior de la pantalla de donde estás, todo el mapa se ve casi igual y tampoco ayuda que los pasadizos son angostos y algo confusos de navegar. Eventualmente desbloqueas una opción de tele transportación en el mapa que ayuda un poco hasta que debes volver al mundo sin “abierto” en un juego lineal. Hubiera preferido que ese overworld no existiera.
Tu equipo de combate se integra de demonios menores que enfrentas (como en pokemon) pero aquí no tienes que pelear con ellos, solo convencerlos de que se unan mediante una serie de combinaciones de palabras o regalos, siempre escogí no regalarles nada ya que pueden simplemente tomar lo que les acabas de regalar y salir huyendo. De acuerdo a Atlus el resultado de esta plática es una mezcla entre aleatorio y una secuencia predeterminada.
Una vez capturados estos recibirán XP aunque estén en tu reserva y puedes fusionarlos y mezclar sus habilidades para obtener un equipo con un rango diverso de habilidades, incluso mezclar habilidades de fuego, hielo, electricidad y “fuerza” para tener un mejor equipo listo para cualquier situación.
El combate es típico RPG japonés por turnos donde cada demonio y enemigo deben esperar a que sea tu turno para atacar, con dos variaciones que agregan sabor a la experiencia.
En primera, compartes habilidades con tus demonios. Cada vez que uno de tus demonios obtiene una nueva habilidad puedes aprenderla y si tienes más demonios que tienen la misma habilidad, ese ataque se hace más fuerte. Por ejemplo puedes tener “Bufu”, un ataque de hielo no muy fuerte, cada que uno de los demonios que sube de nivel y aprende una habilidad nueva te dará la oportunidad de compartir o cambiar de habilidades y obtendrás un +1 en cada habilidad compartida con tus demonios.
La segunda es un estilo “piedra, papel o tijeras” que es la base para derrotar a los jefes. Cada demonio es débil a un tipo de ataques (si es de fuego, es débil al hielo y viceversa) una vez que atacas la debilidad del enemigo obtienes invulnerabilidad por un turno y otro turno extra para alguno de tus demonios.
Ambos mantienen al juego interesante y agregan un elemento de estrategia divertido, en una ocasión estaba en una batalla feroz y todo mi equipo cayó excepto por el último demonio que no tenía mucha vida (menos del 20%) pero era invulnerable a los ataques del jefe y cada turno por la invulnerabilidad tenía 2 ataques en vez de 1 hasta que gané en el último minuto.
En conclusión: Shin Megami Tensei es un juego con fallas igual que todo videojuego, el problema es que estas fallas son más evidentes y definitivamente excluyentes como el overworld confuso y la presentación de novela gráfica poco atractiva, pero si puedes ver más allá de esto encontrarás un juego divertido, interesante y hasta sentirás empatía por tus pequeños demonios.
Shin Megami Tensei IV fue reseñado usando un código de descarga pre-lanzamiento provisto por ATLUS.
