¿Quién no ha deseado o soñado tener todo el poder de un dios? Controlar desde los cielos y ver como todo florece o perece a tus pies, pues el estudio Abbey Games traen Reus, uno más de los simuladores de deidad, en donde podremos controlar a un mundo lleno de gigantes, pero este título tiene vertientes que le dan un toque único.

En Reus, tendremos a nuestro control un planeta entero, y nuestro objetivo es crear las mejores ciudades y pueblos, para lo cual controlaremos a gigantes. Éstos representarán distintos biomas como el mar, el bosque, el desierto y el pantano. La interacción con las personas del pueblo no es directa, al usar a los gigantes, podrás alterar su ambiente y darles ciertos recursos, pero no tendrás un control sobre ellos.

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Los nómadas que aparezcan en tu mundo requerirán elementos específicos para avanzar. Por ejemplo, necesitarán comida para sobrevivir o recursos elaborados para crear las primeras edificaciones como escuelas o centros militares. Al ir ayudando a los humanos en su evolución como sociedad, irás desbloqueando más recursos para apoyarlos, asimismo, algunos humanos se transformarán en embajadores, que podrás colocar arriba de tus gigantes y estos adquirirán nuevas habilidades, que podrás ocupar principalmente dentro del pueblo de origen de tu embajador. Estas labores son los objetivos que te va poniendo el título, mismos que irán variando de tu forma de jugar, el uso de los gigantes y de que tan avanzado sea tu progreso a través de todas las partidas.

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Más allá de basarse en darles lo que piden a los humanos, tendrá un valor de estrategia, principalmente en función al espacio y maximizar los bonus de los elementos. En un inicio, las exigencias serán básicas y no deberás tener problema, pero conforme progreses, será necesario que combines las distintas habilidades de tus gigantes para optimizar recursos. Por ejemplo, ciertos animales proveerán más comida si están cerca de bosques, o tus minas deberán estar en montañas para que generen mayor riqueza a los aldeanos. El escenario será cambiante, ya que no puedes controlar las necesidades de los aldeanos, pueden solicitarte más minas para generar más riqueza y tendrás que sacrificar plantas y animales, océanos o montañas, para que ellos cumplan con sus fines. Asimismo tendrás que lidiar con la codicia que pueden tener los pueblos, ya sea que deseen mayores riquezas o una expansión territorial, atacando a otros pueblos a su lado, en donde no podrás interferir en el caos humano.

Al término de una partida, sentirás que faltó mucho de progresar en un inicio, pero los elementos que hayas desbloqueado en tu partida se mantendrán, dándole un buen toque de rejugabilidad, así como descubrir nuevos elementos entre partidas. Al hacer esto podrás desbloquear modos de juego que van de 30, 60 a 120 minutos, o una partida sin fin.

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Hay que darle mérito a la curva de aprendizaje. Comúnmente, en este  tipo de juegos siento que me bombardean de conocimiento, de cosas por construir y crear, sin tener tiempo de razonarlo, y en el caso de Reus, hay mucho material por crear, pero se te presenta paulatinamente, te da cierto lapso y no se vuelve engorroso o que sientas que debes utilizarlo y aprenderlo a la de ya.

Visualmente, Reus tiene un arte caricaturesco y colorido, el diseño de los personajes y su entorno irá cambiando constantemente conforme la civilización vaya creciendo. El HUD y los menús son muy simples en diseño, pero sencillos de utilizar.

Dentro de lo negativo se encuentra el apartado sonoro, ya que las canciones y tonadas se tornan muy repetitivas, siendo este un juego más de observar y realizar acciones básicas, se agradecería que fuera mayor el surtido de canciones o que tuvieran más tonos relajantes.

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