El desarrollo de juegos indie ha permitido que haya una oferta de juegos donde ha quedado claro que, pese a la generación de consolas que estemos, pese al grado de avances tecnólogicos y gráficos de la consola, los juegos de vieja escuela aún siguen siendo divertidos.

Y no es solo el factor nostalgia, sino el hecho de sentir el grado de dificultad que un juego de la época tenía, el hecho de poder repetirlo cuantas veces sea necesario, además que un juego de ese nivel no requiere tanto trabajo en la cuestión de desarrollo, algo que favorece mucho a equipos como Roll7 que desarrollaron este juego, Not a Hero, para ser publicado con todas las expansiones que tuvo en Steam en una edición llamada Super Snazzy para la Xbox One.

VIOLENCIA QUE SE EXTINGUE CON MAS VIOLENCIA

Not a Hero nos pone en los zapatos de un grupo de asesinos a sueldo que trabajan para el extraño BunnyLord, un hombre que en teoría parece un conejo, pero parece una versión ejecutiva de Batman. BunnyLord busca ganar la alcadia de su ciudad, pero su tendencia a la corrupción y a la violencia le espanta a los votantes, lo que lo obligará a usar a sus matones en su campaña, en la cual busca erradicar la violencia de la ciudad para poder de este modo ganar votantes y asi quedarse con la alcaldía o… algo muy malo ocurrirá.

Para esto, BunnyLord tiene a varios matones que tienen diferentes habilidades y armas a su disposición, desde el matón estándar llamado Steve que usa una simple pistola, hasta el matón trajeado que usa dos pístolas y hace todo un show, claro, sin dejar de contar a la asesina con acento galés capaz de cargar balas mientras corre, al matón español que tiene tremenda agilidad para ejecutar enemigos mientras brinca o el trailero con gorra  y escopeta que es poderoso en sus ataques pero lento en sus movimientos.

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Mostrando amor a sus víctimas mientras salpica su sangre en el piso.

Con estos matones, BunnyLord los mandará a diferentes misiones donde deberán cumplir con varias tareas, como siempre a punta de balazos, donde se enfrentarán a pandilleros, ninjas, mafiosos y yakuzas, que tienen también sus propias habilidades y armas. Tendrás siempre tres tareas que cumplir, como recuperar objetos perdidos, acabar en cierto tiempo o salvar rehenes, y en base al cumplimiento de estas tareas será calificada tu misión, al grado que podrás incrementar el indice de aprobación de BunnyLord y, de este modo, puedas desbloquear mas personajes.

El Snazzy Edition agrega además  el complicado modo Me, Myself and BunnyLord, donde usarás a BunnyLord quien debe borrar evidencias de las misiones pasadas, pero al solo tener a este personaje, un tanto lento y con un arma difícil de recargar, te las verás en tres misiones que son muy difíciles.

Cumplir las misiones no es tan sencillo pero cada personaje cuenta con diferentes maneras de matar al enemigo como usar el sigilo para sorprender a un enemigo y ejecutarlo o darle un disparo certero que lo mate. Esto genera ventajas al ahorrar balas y, de paso, los enemigos arrojarán mejoras a tus balas para que estas reboten al contacto, exploten o quemen a los enemigos, entre otras ventajas. Bien puede tratar uno superar las misiones al puro estilo Contra, pero en otras deberás ser táctico y entender los ataques rivales, por ejemplo, un samurai te puede matar de un solo golpe, algo que los pistoleros no lograrán, pero si sabes esquivarlo en el momento correcto podrás dejarlo vulnerable y matarlo.

Además el juego se presta a que puedas repetir las misiones para buscar objetos que se te pudieron haber pasado o intentar superar las misiones en el menor tiempo posible. En todo caso veremos calificaciones al final de cada misión la cual va desde una carita feliz de BunnyLord como alcalde, hasta una que te hace entender que ahora es el mero amo.

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¿Delegar? ¡Eso es de cobardes!

¿JUEGO RETRO?… ESPEREN MUCHA FRUSTRACIÓN.

Y un juego retro no puede ser retro sin un nivel de dificultad que podría poner a los jugadores mas jóvenes a huir espantados de este juego. Si bien uno puede empezar el juego, como dije, a lanzarse a correr y disparar, pronto aprenderás que el juego requiere también de aplicar algo de táctica para poder cumplir con dichos objetivos. Asi como uno dispara y esconde, el rival también lo hace, ¿acercarse a alguien con una escopeta? ¡mala idea! y eso que no hemos dicho nada de los ninjas.

Conforme el juego avanza las exigencias pueden ser hasta frustrantes, incluso misiones que parecían ya resueltas cambian su rumbo cuando ocurre algún evento inesperado, como un helicóptero fuertemente armado o una tropa de policías tácticos que  se multiplican como conejos. De hecho empezar el contenido extra de Me, Myself and Bunnylord es demasiado frustrante si antes no avanzaste buen rato en las misiones del modo historia.

Otro detalle a considerar es que la sensación de impacto puede ser muy exagerada para algunos jugadores y a veces ese impacto será factor de vida o muerte. Puede ocurrir que acabas de entrar un cuarto y de pronto recibes un escopetazo que te hace salir volando del lugar y caes a un precipicio… ¡a repetirlo todo!

Como ocurría en los viejos juegos del NES como Metal Gear, deberás estar atento al entorno y tomar a tu ventaja las cualidades y debilidades de tus enemigos para sacar provecho de ellos. Agradezcan que aquí no veremos esas reapariciones frustrantes que los viejos juegos tenían, ya hubiera sido demasiado.

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¡No puede ser! ¡Nadie me dijo que tenía que vencer al helicóptero!

La música y los efectos de sonido dan al clavo en el feeling retro que da el juego, canciones hechas con instrumentos MIDI y efectos de voz que se oyen como si jugaras en un juego de arcadia, que se oyen poco nítidos pero saben funcionar. Punto y aparte merece la voz de BunnyLord que parece haberle robado el trombón a la maestra de Charlie Brown.

Si bien la historia es simple, no dejarán de reír al mostrar la forma tan torpe y violenta en la que BunnyLord actua, recordándonos a los políticos corruptos de cualquier país, eso si, a los españoles seguro no les va a agradar como presentan al pistolero Jesús, en fin, clichés a mas no poder.

La calidad gráfica es aceptable para el tipo de juego que es y no se le puede exigir mucho al uso de los pixeles para darle identidad a los personajes con lo poco que pueden mostrar y es de esperarse que muchos sigan confundiendo a BunnyLord con Batman por tan poco detalle, pero ¿que podemos hacer?

En el apartado en línea el juego no tiene nada que ofrecer, es un juego muy centrado al juego de un solo jugador y no hay manera de presumir tus avances  a tus amigos y, por supuesto, carece de multijugador local.

Con los mas de 80 retos que tiene, sin embargo, y ese toque retro con dificultad aumentada, esta claro que Not a Hero es un juego orientado a una audiencia adulta que busca diversión con un juego de gráficas simples y controles aún mas sencillos, pero que aún exijan al jugador meterle algo de cerebro al juego.

Puedes adquirir este juego en un bundle que contiene también el Olliolli2: XL Edition, y si no tienen XBox One busquen el juego en Steam.

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