A menos que hayas vivido en una cueva o sin televisión en las últimas tres décadas, el nombre de Eugenio Derbez es sumamente familiar, su comedia se impuso en series como Al Derecho y al Derbez, Derbez en Cuando, XHDRBZ y La Familia Peluche donde estableció una serie de personajes que entretuvieron a varias generaciones en nuestro país al grado de que hasta se podía dar el lujo de manipular los comerciales que pasaban en su programa en nombre de la comedia e hizo que nos riéramos del presidente de nuestro país en ese entonces e incluso del que iba a ser después.
Después vino un periodo en que quiso demostrar que no tenía que ser Aaron Abasolo para seguir promoviéndose, pero entre su cara, su voz y sus modismos era imposible que pudiéramos evitar asociar a sus personajes con Derbez, como ocurrió con Burro de Shrek o con su dramedia No Eres Tú Soy Yo, que, pese a una mala dirección y a que Derbez falló en demostrar que puede hacer algo distinto a ser Derbez, funcionó en las taquillas nacionales. Y si a eso sumamos que su ingreso a Hollywood con Jack and Jill, fue tan desafortunada como esta cinta, solo nos queda hacernos una pregunta: ¿habrá demostrado que puede brincarse al lado del director y darnos una buena película?
No se Aceptan Devoluciones es una cinta que dirige, protagoniza y produce Derbez, en la cual agregó a varios actores nacionales y extranjeros, entre los que destacan Hugo Stiglitz (el cual fue homenajeado por Quentin Tarantino dándole su nombre a un personaje en Bastardos sin Gloria y que Derbez bautizó con un personaje popular de los noventas, Johnny Bravo), Arcelia Ramírez, Rosa Gloria Chagoyán, Alejandra Rossaldo y hasta al mismísimo Sammy, todos, junto con la pequeña Loreto Peralta, haciendo un ensamble que prácticamente giran alrededor de Derbez.
La cinta tiene una premisa que peca de todo menos de novedosa, un playboy en Acapulco de pronto se ve con la sorpresa de que una de sus tantas amantes le deja una niña a la que se verá obligado a cuidar y, para ello, se va a Estados Unidos a trabajar como stunt (doble) de un actor de Hollywood siendo apoyado por su hija en las buenas y en las malas, pero entonces, cuando parece que todo esta en orden, aparece la madre a reclamar que le devuelvan a su hija legalmente.
Si, ya he visto esta cinta varias veces, el padre chambeador que de pronto se ve con el paquete de Kramer vs Kramer, el retrasado mental de Yo Soy Sam, vaya, hasta Adam Sandler lo interpretó en Big Daddy, ¿qué hay de nuevo? Pues la cinta tiene el típico toque cómico que debemos esperar en una buena cinta de Derbez, aunque no esperen que de pronto ande haciendo desplantes de sus personajes, simplemente crea un nuevo personaje basado en lo que Derbez necesita, así que si son fans de sus series, no esperen que la cinta sea tan graciosa.
Pero como les comenté, también cae en el drama y vaya que Derbez se desespera en intentarlo, el soundtrack cambia, el ambiente cambia, nos manipula, realmente nos intenta vender el argumento y el que cae redondo llora, porque es lo que busca, sacarnos las de cocodrilo, pero en ese intento, es en donde la cinta pierde efectividad, ahí es donde se nota que Derbez puso la dirección en su obra prima, los actores lucen complacientes a lo que pide el director, nadie más destaca que Derbez, entonces, ¿qué gracia tiene verlos?
Si eres fan de Derbez, esta cinta es indispensable, si no, es mas probable que reconsideres ir al cine esta semana, no es que no queramos que la veas, ahora si que la mejor crítica la tiene el cinéfilo. No obstante, para mí los puntos más negativos fueron la excesiva publicidad que cierta televisora le dió a la cinta y la manipulación que la industria hizo para que a fuerzas el cinéfilo promedio la viera (nos guste o no, eso siempre pasa). En todo caso la cinta tiene el potencial para romper todos los records tras lo logrado en Estados Unidos, pero veremos que tal le va en una cartelera donde tres estrenos fuertes: Elysium, Dragon Ball y Rush prometen desplazarla fácilmente.
