En esta ocasión les traemos la reseña de Momodora: Reverie Under the Moonlight, cuarto juego de la saga creada por el estudio independiente Bombservice que perfecciona algunos de los fallos que arrastraban en entregas pasadas. Y es que a diferencia de cualquier estudio independiente que se suba a la moda de la creación de metroidvanias con estilo gráfico de 8 o 16 bits, Bombservice cuenta con la experiencia de haber experimentado y fallado en el proceso. Ésta se ve reflejada en el trabajo y dedicación que le han puesto a este proyecto y que cumple con creces beneficiando a los jugadores fanáticos de este género.

Tomamos el papel de Kaho una sacerdotisa que decide abandonar su pueblo natal y dirigirse al reino de Karst,  lugar donde reside la maldición que ha llegado hasta sus tierras. El argumento simple pero que cumple con ponernos en contexto de lo que sucede. Recorreremos diferentes niveles en los cuales todo tipo de peligros nos acechan, desde trampas, precipicios, riscos o cualquier clase de enemigos y criaturas.

Contaremos con un doble salto, un ataque a corta distancia con nuestra espada y uno a larga distancia con nuestro arco además de un movimiento de esquive que será la clave para avanzar sin problemas si logramos dominarlo. Como todo buen metroidvania nos encontraremos con áreas a las que no lograremos avanzar hasta contar con cierto elemento. La exploración en este apartado es buena, y los mapas son extensos y lo suficientemente interesantes como para volver a ellos.

El combate por su parte es lo que más destaca del juego. Nuestro personaje será tan ágil como nuestra habilidad lo permita. Esquivar en el momento justo y en los lugares adecuados nos asegurará la victoria. El terreno influye mucho, ya que no podremos movernos ni esquivar con facilidad en plataformas pequeñas. El arco nos da la flexibilidad de decidir atacar a distancia si así lo deseamos aunque el daño es menor. Los veteranos de la industria recordarán con mucha facilidad a los juegos de Megaman X o Megaman Zero ya que el combate es sumamente parecido sin llegar a ser un clon total. Esto se ve reflejado en mayor medida cuando atacamos con nuestra espada. Punto a favor para Bombservice es contar con títulos previos de la saga lo que hace que el juego, aunque queramos evitarlo comparar con otros títulos, goce de una personalidad única en su diseño y gráficos.

Los jefes sin ser una experiencia frustrante te encontrarás con un buen nivel de dificultad aunque combates un poco más elaborados hubieran sido agradables, sin embargo esto se entiende por la simpleza que nuestro personaje tiene en movimientos y esto a su vez le viene bien. El estilo metroidvania no se siente tan sólido ni robusto como otros exponentes de su género. Es bueno, mas no lo mejor que hay en la industria.

Hablando del apartado visual, el juego cuenta con una estética retro que le va muy bien y que no se siente como una decisión comercial. Los escenarios son detallados, lúgubres por momentos llenos de tensión. Ya sea dentro de los pasillos de un calabozo o en el bosque, Momodora te hace sentir lo que eres, una exploradora en busca de derrotar el mal.

El diseño de personajes aunque un tanto simple cumple, excepto por los jefes del juego que a mi parecer son muy originales y tétricos.

La música cumple a la perfección en los momentos donde hay tensión o quiere sumergirnos en la soledad de los parajes del juego. Aunque el título cuenta con estilo retro se agradece que la música no sea al estilo de 8 bits, que si bien no tenemos nada en contra de este tipo de música, muchas veces se siente de igual forma que las gráficas como una mera decisión comercial. En su caso, Momodora: Reverie Under the Moonlight cuenta con un OST sólido y que te hará buscar dos o tres melodías una vez terminado el juego.

La duración es la idónea para el precio al que se encuentra y al ser un título indie. Lo importante es que cuenta con buena rejugabilidad por lo que te encontrarás dándole una segunda vuelta sin dudarlo.

Bombservice sigue creciendo como estudio, y esperamos que este título llegue a cobrar el crédito que merece en la industria ya que cuenta con propuestas interesantes, personalidad y un estilo propio. Recuerda un poco a lo que sucede con Shantae, juego que sin muchos reflectores han sabido hacerse de sus propios fans y de un renombre.

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