Si hiciera una encuesta abierta entre los fans del anime en la cual preguntase qué películas de anime japonés consideran las más emblemáticas del siglo XXI, sin duda leeríamos entre los resultados a varias obras del difunto Satoshi Kon, como Los Padrinos de Tokio (Tôkyô Godfathers), Paprika y Millennium Actress (Sennen Joyû). Esta última forma parte del 1er Matsuri de Cine Japonés Cinemex 2016, en el cual se proyectarán no sólo animaciones sino también cintas actuadas. En Reset Cine pensamos que hacer una reseña sería una buena forma de introducirlos a este evento, así que elegimos Millennium Actress, una de mis preferidas, que será proyectada el próximo 3 de Septiembre. ¡Comencemos!
El realizador de documentales Genya Tachibana (Shôzô Îzuka) logra localizar a la ex-actriz Chiyoko Fujiwara (Miyoko Shôji, Mami Koyama, Fumiko Orikasa), quien fuera 30 años atrás la estrella más importante del cine japonés, pero que desapareció repentinamente sin dejar detrás nada más que una pequeña llave, que él mismo recupera del set donde ocurre un accidente debido a un terremoto. Chiyoko le brinda la oportunidad de la entrevista al saber que recuperaría esta preciada reliquia, y es a partir de este objeto que se comienza a contar una historia en la que podremos ver como se mezcla el pasado (desde su adolescencia hasta sus años 40) con el presente, en una especie de flashbacks en los que intervendrá el entrevistador.
La película nos deja ver las muchas etapas de la actriz milenaria, iniciando por la forma en que recibió la invitación para participar en el mundo del cine y lo que realmente la motiva a integrarse: entregarle una llave a un hombre que la perdió (Kôichi Yamadera), de quien sabe que viajará a Manchuria, el mismo destino del grupo de actores.
La cinta nos muestra a sus principales antagonistas: su madre, la actriz Eiko Shimao (Shouko Tsuda) y el director Junichi Ootaki (Hirotaka Suzuoki), que mucho tiempo después se convertiría en su pareja, a raíz de la primera desaparición de la llave. Así también juegan un importante papel las condiciones político-económicas en Japón para alejarla de su objetivo, quedándole en veces la única esperanza de que el dueño de la llave la reconozca y la busque.
Lo más interesante de Millennium Actress, desde mi punto de vista, es esa historia que va ligada de una a otra cinta protagonizada por la actriz sin muchas pausas para cambiar a las intervenciones del entrevistador, quien aparece en las escenas volviéndose un actor secundario, llenando las líneas debido al gran amor que profesa por la obra de Chiyoko Fujiwara. Es cierto que también vemos al camarógrafo, pero la verdad es que casi nunca se entromete, a no ser por alguna escena en la que aparece como jinete, mientras continúa grabando. Este estilo de flashback favorece mucho a la historia, cuyo conflicto no va de hacer una entrevista. Esa es sólo la excusa para contarnos la vida de la actriz milenaria y cómo al revivir sus memorias, también desentraña la verdad de su vida y el significado real de aquella llave.
A pesar de haber sido estrenada en Japón en el año 2002, Millenium Actress es una cinta que sigue siendo tan vigente como entonces. Su detallado estilo, tanto en lo guionístico como en los aspectos de artes audiovisuales, nos permiten disfrutar una historia maravillosa, que en ningún momento se nos vuelve pesada y que no recurre a lo kawaii y moe para convertirse en un triunfo. Es una historia muy humana, con personajes orgánicos, que nos transportan a diferentes etapas con esa magia que sólo puede lograr la animación japonesa.
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