Donde un niño ve una travesura un adulto ve malicia.

Son raras las opciones que nos da el cine mexicano que no estén relacionadas con la comedia, un género que el cine comercial se ha encargado de explotar debido a la fuerte aceptación que ha tenido, no sólo en nuestro país, sino en los Estados Unidos. Esto ha derivado en que algunas propuestas dramáticas apenas y sean tomadas en cuenta por las distribuidoras.

Y tenemos el caso de Mientras El Lobo No Está, dirigida por Joseph Hemsani y que cuenta con las actuaciones de Luis de la Rosa, Mauricio García Lozano, Richie Mestre, Mar Carrera y Miranda Kay, entre otros actores.

La cinta aborda una historia situada en la época de los 50, donde cuatro amigos que están cautivos en un internado para adolescentes problemáticos (rebeldes indeseables), harán todo lo posible por escapar de aquel lugar, esfuerzo  que se verá acelerado al descubrir las oscuras intenciones y secretos de un director psicópata; en el proceso conocerán la amistad, el amor y su sexualidad.

La cinta explora como un niño y sus nuevos amigos intentan sobrevivir a los rigores de un internado y sus propios instintos.

Tenemos claro un detalle, la intención del equipo de mercadotecnia de vendernos una historia sobrenatural que incluye elementos de amor y amistad, algo que incluso los actores y el director defendieron durante la promoción de la cinta, pero nos encontramos con una película con otras intenciones y una narrativa que se pudo haber vendido mejor, es algo que desde el tráiler nos da a entender que lo que veremos será algo muy distinto a lo que nos están contando.

Es la primera película de Joseph Hemsani como director y guionista, y se nota la novatez del director en un thriller que en la primera escena intenta vender la trama al espectador tan rápido que ya sabes quién es el malo del cuento, donde podemos notar rápido que las actuaciones y reacciones son bastantes predecibles.

A esto tenemos que sumar que el ritmo de la película en momentos es muy lento. El director trato de vendernos una historia de amor y amistad, pero no puede evitar descubrir el verdadero tema de la historia que es la violencia, la pedofilia, el bullying y, en referencia a la frase que referimos inicialmente, los adolescentes no son vistos como chicos inocentes sino como jóvenes calenturientos desesperados. Sí, lo que para unos preadolescentes parece ser una simple travesura, para el ojo del adulto y del cinéfilo es un acto morboso de malicia.

El villano de la historia se muestra pronto y es demasiado predecible, arruinando un poco el contexto de la cinta.

La fotografía no ayuda mucho a la película y termina siendo un esfuerzo vano y la banda sonora, aunque es de la época, no ayuda mucho al ritmo de la película y no tienen algún momento memorable.

En cuanto a las actuaciones tenemos al actor Mauricio García Lozano, quien se queda corto al interpretar al director del internado, un personaje que desde el primer minuto ya está delatando su posición como el villano principal, pues con una actuación demasiada exagerada y predecible, es incapaz de mostrarnos algo diferente que pudiera hacer que los papás de los niños no metieran a sus hijos al internado (o, dicho sea de paso, ya les urge tanto guardar al chamaco en ese lugar que les importa muy poco si el director es malo por sus métodos de enseñanza o por su forma de ser), abusando de las tomas donde aplica miradas duras, donde no puede ocultar la calentura cuando ve a alguna niña en particular pasando por ahí y que termina arruinando la historia.

El caso de Luis de la Rosa, quien interpreta a Alex, notamos que siendo su primera participación en la pantalla grande, se le pudo ver más natural y más relajado a pesar de su corta y edad y experiencia, en un personaje que, si bien no le exigía mucho al ser el personaje principal de la historia, logra hacerse notar y en ratos mostrar que supo dominar los aspectos del mismo, a comparación de su compañera Miranda Kay, que se quedó sin expresiones sin gestos una actuación bastante plana hasta en momentos parece que estamos viendo a Kristen Stewart de niña, quedándose atrás en el aspecto de que ella, al interpretar al interés amoroso del personaje principal, es incapaz de aportar más a la historia.

En algunos momentos la historia parece recordarnos a cintas como Apóyate en mí

El resto del equipo actoral intenta aportar, pero cada uno tiene aportaciones bastantes breves y a veces hasta sin sentido.

Joseph pudo haber contado la historia desde otra perspectiva, donde al espectador lo tuviese con la duda con la incógnita de que pasara, de jugar con las emociones del público y llevarlo a extremos que hubiesen fascinado más.

Si hay algo que defender de la opera prima de Hemsami es que se arriesgó con la temática de su historia, ya que estamos tan acostumbrados a ver cine mexicano tan comercial, tan plano y sin nada de nada, es rico ir al cine ver la cartelera y ver una historia no tan común para México, donde le falto darle profundidad, pero que deja un leve rico sabor de boca.

En contraste a otros estrenos que propone el cine mexicano, Mientras el Lobo no Está, no te va a garantizar que te salgas riendo, pero se ve en ella un buen intento por diversificar la oferta tan limitada de películas que tenemos actualmente, lamentablemente para Hemsami, la propuesta tan predecible y la historia tan oscura puede causar que consideren una mejor opción al momento de entrar al cine. Aún así queda como referencia para aquellos que están desesperados por una opción de qué ver en el cine (o en el streaming en los próximos meses).

(Artículo de Victoria Galindo Rizo, revisado por Juan C. Barbosa, agradecemos a Agencia de Soluciones por la invitación a la función y a la conferencia de prensa)

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