Meryl Streep es una de las mejores actrices que Hollywood ha arropado en las últimas cinco décadas, sus actuaciones han sido imanes para Óscares y Globos de Oro, de hecho, fue homenajeada en las premiaciones de estos días por su trayectoria con el Premio Cecil B. De Mille en el evento que le ha dado 8 premios. Y aunque lució por su ausencia el año pasado, de pronto la vemos de vuelta en la entrega de los Globos de Oro, nominada como Mejor Actriz en Comedia por su actuación en la cinta Florence: La Mejor Peor de Todas.

Dirigida por Stephen Frears (La Reina) y acompañada por Hugh Grant (El Diario de Bridget Jones), Simon Helberg (The Big Bang Theory), Rebecca Fergusson (La Chica del Tren) y Nina Arianda (Medianoche en Paris) entre otros actores, ¿realmente tiene Streep otro premio en sus manos?

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Florence Foster Jenkins es una mujer con mucho dinero y un fuerte amor a la música, quien organiza diferentes puestas teatrales y conciertos donde pone todo su empeño para cantar como nunca, pero tiene un par de problemas: canta horriblemente y su estado de salud no es el mejor, por lo que su esposo, St. Clair Bayfield, trata de mantener alejada a la gente que pueda criticar su manera de cantar. Es entonces cuando decide contratar a un nuevo maestro de piano, Cosme McMoon, cuya juventud le da una nueva inspiración a Florence, una que podría poner en riesgo su carrera o, peor aún, su vida.

En alguna reseña anterior un colaborador platicó de una cinta muy similar que se hizo en Francia, Marguerite, y para que se den una idea, la cinta francesa tiene la misma fuente de inspiración, dado que Florence sí existió, por lo que nos obliga a comparar ambas películas, y mientras Marguerite se orienta más hacia el drama, Florence decide irse por aprovechar al máximo las situaciones incómodas que nos dan las extravagancias de la protagonista, entre las fiestas y comidas que daba tras sus eventos, sus vestuarios y, sobre todo, su manera de cantar.

De hecho, está garantizado que los mejores momentos de la película son todos los momentos musicales, donde realmente vemos un reto de ver quien hace las mejores expresiones faciales que van desde los esfuerzos por Meryl Streep por cantar de la manera más horrible posible (y ojo, Streep es una excelente cantante en la vida real y dos de sus nominaciones han sido por cantar en cintas como En el Bosque y ¡Mamma Mia!) hasta los divertidos gestos que hace Simon Helberg por contener alguna emoción.

Algunas notas son muy difíciles de sacar…

De hecho podemos ver, mientras Meryl Streep da una actuación digna de un Óscar sin hacer mucho esfuerzo, dos actuaciones geniales en el fondo: una de Hugh Grant, al que le han sentado bien los papeles del clásico patán con corazón de oro que funciona bien en St. Clair, el esposo de Florence que, aparte de encargarse de mantener la fama y salud de su esposa intacta, revela tener una doble vida y que le queda perfectamente a su personaje que le dio sorpresivamente su nominación a los Globos de Oro.

El otro actor que sorprende, y bastante, es Simon Helberg, a quien conocemos interpretando a Howard, el nerd marrullero de The Big Band Theory, en un personaje de Cosme McMoon que lo hace salirse de su zona de confort, no es para nada lo que hemos visto en las nueve temporadas de su serie, sino un talentoso y afeminado pianista donde, más que sus diálogos, son sus expresiones faciales en muchos momentos los que se roban las carcajadas del público y quien sin duda nos hace olvidarnos en poco tiempo de que estamos viendo a Howard, sino a su personaje, uno bien ejecutado que le hace merecer con justicia a Helberg su nominación al Globo de Oro.

Y las actuaciones son lo mejor de una película que apenas y alcanza a destacar, de hecho, puedo afirmar que la trama de la cinta no es tan sorprendente (y si vieron Marguerite, mucho menos), no obstante, aunque tiene momentos lentos en la trama así como otros momentos donde nuestros sentimientos quedan tan manipulados que olvidamos que vemos una comedia en momentos, les garantizo que se van divertir mucho con una historia entretenida y con excelentes personajes.

Simon Helberg sorprende en su participación en esta cinta.

No demerito la dirección de Stephen Frears, que sabe manejar bien a sus actores ante un guión que no es tan sólido, aunque queda claro que no duda en sacarle lo mejor a sus actores para mantener esa narrativa tan divertida.

Otro punto en donde deberá estar compitiendo Florence es en el vestuario y maquillaje, propio de la época de los cuarenta, incluyendo los extravagantes vestuarios de Florence, tanto en el escenario como en la calle, la caracterización de la señora Streep que implica mostrarla incluso en sus momentos de debilidad. A otros actores que también sus ropas sugieren sus personalidades, como la timidez de Helberg o la frivolidad del personaje de Nina Arianda.

Mientras Meryl Streep ha sido nominada por 3 Globos de Oro por cantar bien, logra otra nominación por cantar… ¡espantoso!

Ahí también podríamos acompañar la fotografía que funciona en los momentos clave, donde la iluminación, combinada con una dirección de arte que nos permite ver paisajes de Nueva York y Brooklyn en los cuarenta, funcionan para hacernos sentir realmente que estamos en esa época y estar disfrutando de la ambientación de los eventos que estamos presenciando. De hecho las cámaras de Danny Cohen hacen un excelente trabajo para ayudar a influir con las emociones en diferentes momentos de la historia.

Lo que si van a evitar, tras ver la película, es la banda sonora, siendo sinceros, ¿quién querría tener en su colección de música a Meryl Streep cantando canciones de tal manera que tu vecino podría pensar que estás torturando un gato? Aunque, ese es el leit motiv de la cinta, ¿no? Fuera de esas canciones, la banda sonora de Alexandre Desplat cubre bien las partes dramáticas y tenemos una canción formidable que la dejaré de tarea para que la escuchen.

Florence: La Mejor Peor de Todas, no es la cinta que andaremos viendo competir por Mejor Película en los Óscares pero, considerando lo débil que fue la terna de comedia este año en los Globos de Oro, donde estaban también la irreverente Deadpool y la formidable La La Land: Una Historia de Amor, que, al momento de escribir esta reseña se llevó todos los premios de comedia o musical; sin duda tenemos una cinta que nos dejará con un buen sabor de boca y sin duda tenemos una excelente opción para entretenerse en la débil cartelera de enero.

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