Toca turno a la reseña de la película El Médico, dirigida por Philipp Stölzl, con un guión de Jan Berger adaptado de la novela de Noah Gordon. Nos encontramos en el medievo, sumidos en el oscurantismo, se han perdido los grandes avances en las artes y las ciencias de la antigua Roma, y la gente enferma muere por falta de servicios médicos.

Rob Cole (interpretado en su niñez por Adam Thomas Wright) es un chico que trabaja muy duro en una mina para llevar un poco de pan a su mesa, para alimentar a sus dos hermanos y a su madre. Lamentablemente, ella muere pronto por una enfermedad extraña que nadie es capaz de tratar, en parte por el peligro que supondría curar a alguien que ha sido diagnosticado como incurable por el clero. Los hermanos son separados, y Rob queda desamparado, sin saber a dónde ir o qué hacer de su vida. Su única oportunidad es seguir al barbero (Stellan Skarsgård) que se negó a tratar a su madre.

Tiempo después, cuando él es ya un adulto (Tom Payne) y se ha convertido en la mano derecha del barbero, decide acercarse a una caravana de judíos que parecen curar enfermedades. El barbero tratado de un glaucoma, y tiempo después recupera la vista. Desde ese instante sabe que no nació para ser un barbero, sino para sanar a las personas, así que decide hacer el viaje a Medio Oriente para encontrarse con Ibn Sina (Ben Kingsley) y convertirse en su discípulo.

En su viaje a través del desierto, conoce a una chica judía llamada Rebecca (Emma Rigby) que parece estar comprometida. Es amor a primera vista, aunque no tendrá oportunidad de decírselo. Después de despertar solo, luego de una terrible tormenta de arena, Rob prosigue su camino. Su objetivo sigue siendo el mismo, y ofrecerá todo para conseguirlo.

El Médico nos muestra una hermosa reproducción de los ambientes medievales, tanto de la campiña inglesa y la ciudad de Londrés, como de las ciudades de Medio Oriente. También nos muestra la forma en la que posiblemente estaba constituido el tejido social de una típica ciudad musulmán: judíos, musulmanes, zoroastristas, con sus múltiples sectas. En éste vemos a un joven adulto que desea hacer el bien a la humanidad, tal vez recordando lo que no pudo hacer por su madre. Lo vemos luchar, sufrir, y sin embargo, siempre enfocado en su objetivo. Por supuesto, el medio ambiente juega en su contra durante algún tiempo, pero sus verdaderos antagonistas serán los hombres, iniciando por aquellos que constituyen retos, como el Shah Ala ad-Daula (Olivier Martinez) y Bar Kappara (Stanley Townsend), hasta aquellos que en algún momento se le presentan como enemigos, como son el Imam (Makram J Khoury) y Davout Hossein (Fahri Yardim).

En mi opinión, se trata de un personaje fuerte que manifiesta su hambre de conocimientos desde que inicia su recorrido al lado del barbero, pero sólo comienza a brillar hasta que se convierte en alumno de Ibn Sina. Sin duda, éste será su principal aliado a lo largo de la historia restante, muy a pesar de que las secretas investigaciones del chico desencadenarán una serie de sucesos trágicos —inocuos, tomando en cuenta el desenlace, y mucho más positivos de lo que se podría esperar—.  Quasim (Renu Setna), aparece sólo en un puñado de ocasiones, pero es un personaje esencial para el desenlace.

He sentido que la historia está muy bien balanceada, aunque sin duda se encuentra fraccionada; esto es todo menos negativo. Podemos hablar de un principio, cuando el protagonista aún no asume su destino, y un medio en el que está trabajando en ello. El medio tendrá varios giros interesantes, como (spoiler alert) el momento en que se reencuentra con Rebecca después de creerla muerta o cuando la ciudad es invadida por la peste y gracias a la observación se dan cuenta qué la provoca. En fin… está construído con pequeñas historias que van formando parte del personaje con el paso del tiempo, hasta el momento en que se presenta el terrible desenlace, que como he dicho anteriormente, ha sido más positivo de lo que se podría haber esperado.

Tom Payne hace un buen papel como el protagonista, pero no cabe duda que la verdadera estrella llega a ser de cuando en cuando Ben Kingsley. Este actor tiene una fabulosa presencia en la pantalla, simplemente la enamora y se la roba. Al fin lo vemos en un papel que lo saca del típico antagonista, y la verdad sea dicha, se lleva las palmas. Olivier Martinez llena bien el papel del tirano que gobierna una ciudad que antaño había sido sometida por su padre, quien entonces se encontraba en el exilio.

En general, podría afirmar sin duda alguna que es una película bien actuada, con un guión interesante, aunque a veces parece que va demasiado rápido. En mi opinión, con el simple hecho de tener más tomas de los paisajes para distinguir cómo pasan las estaciones, habría ayudado a que diluir esta sensación. La música, el maquillaje y los efectos me parecieron justamente los adecuados. El caso de la peste negra es particularmente emblemático: en cuanto a la caracterización, creo que ha sido la correcta. No soy especialista en trajes típicos, pero creo que se pueden distinguir claramente los grupos por medio de las vestiduras.

Concluyendo, El Médico es una película bien realizada, con personajes interesantes y una historia que nos puede absorber, y a ratos, hasta conmovernos. De ninguna manera intenta ser histórica, aunque se ve claramente que la dirección de arte ha cuidado que no se perdiera la sensación que proveen escenarios antiguos, y que sin embargo nos transportan al día de hoy, porque no cabe duda de que habrán tribus que mantengan ese estilo de vida en el siglo XXI. También nos muestra las diferencias entre dos religiones, la musulmana y la judía, y de cómo algunos interpretan sus libros sagrados de forma poco ética, fundamentalista, para tomar ventaja del estado de las cosas. Es entretenida, y realmente considero que no te arrepentirás de verla. Vale la pena ir al cine. Le doy un 8.