Durante este año, el fuerte del cine británico fueron las cintas biográficas basadas en personalidades que destacaron en el ámbito científico, dos personas que tuvieron no solo una historia interesante que contar con sus vidas, sino que dejaron algún avance científico que tendría un fuerte reflejo en nuestra vida diaria.

Y mientras Eddie Redmayne es un candidato seguro al Óscar con La Teoría del Todo por su actuación como Stephen Hawking, El Código Enigma nos permite notar como Benedict Cumberbatch es capaz de adaptarse a cualquier personaje que le piden y dar una gran actuación que le permite incluso redimirse del bodrio que en el 2013 nos dejó interpretando a Edward Snowden en El Quinto Poder. 

Aunque en mi opinión Cumberbatch no ganará el Óscar este año (pues seamos sinceros, de entre Redmayne y Michael Keaton (Birdman) tendremos al ganador), el actor británico está logrando consolidar una reputación como uno de los mejores actores dramáticos que tiene Inglaterra actualmente, fortalecido con actuaciones en series de televisión (Sherlock) y películas comerciales (Star Trek: En La Oscuridad). Si tenemos un poco de paciencia, es seguro que tendremos a Cumberbatch alzando un Óscar muy pronto.

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Benedict Cumberbatch y Keira Knightley demuestran una excelente química en los momentos dramáticos de la trama.

En esta ocasión, Cumberbatch interpreta a Alan Turing, un matemático inglés experto en criptografia (la capacidad de generar códigos difíciles de descifrar en frases formadas con palabras simples o raras) al que le han asignado una tarea difícil: descifrar el Código Enigma, un código que le ha dado ventaja al ejército nazi en la Segunda Guerra Mundial. Para ello, Turing tiene la idea de crear una máquina que acelere el proceso de cálculo y le ayude a descifrar pronto el código para revertir la tendencia de la guerra.

Y si hay algo en lo que El Código Enigma toma ligera ventaja contra La Teoría del Todo, es que la cinta si sabe aterrizar mejor las razones con las que Turing comienza a desarrollar su poderoso invento, la necesidad de incrementar a los miembros de su equipo, los momentos buenos y malos entre estos,  y el hecho de que una vez conseguido el objetivo, qué se hará con esta información. Una historia que nos enseña un poco sobre el origen de las computadoras y otro poco sobre el espionaje y la intriga en la guerra más sangrienta de la historia.

A esto hay que agregar el propio drama de Turing que se cuenta a través de diferentes momentos de su vida, desde su infancia atormentada en la escuela hasta una etapa donde un escándalo personal tendría serias consecuencias en su vida.

Cumberbatch explota a su personaje y sabe abordar muy bien los diferentes momentos que le propone la historia. Sabe ejecutar a la persona antisocial, engreída y un tanto amanerada que necesitaba retratar en Turing, convenciéndome. Lo que lo aleja del Óscar es el grado de dificultad de su personaje, algo que la complejidad mental del personaje de Keaton en Birdman y el reto físico del personaje de Redmayne en La Teoría del Todo lo superan fácilmente. No obstante hace una actuación memorable que, por si sola, merece la visita al cine.

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La vida de Alan Turing y el desarrollo de una de las primeras computadoras de la historia es el punto central en la trama.

Keira Knightley tampoco queda a deber con su personiificación de Joan Clarke, una chica que tuvo la capacidad de hacer que Turing hiciera una sociedad con sus colegas y, de paso, le inspirara los mejores momentos en la película que no involucraron cuestiones científicas, ayudando a hacer la historia más convincente. La química que muestra con Cumberbatch es evidente y, aunque le ha costado trabajo a Knightley quitarse el estigma de las cintas de Piratas del Caribe, está claro que ha sabido consolidarse como actriz dramática por derecho propio.

El resto del cuerpo actoral sabe sostener la cinta, aunque el manejo de la trama pudo haber trabajado un poco más la cuestión de los secretos que se manejan en la historia: una revelación que se dice muy pronto llega a pegar un poco en la trama que se viene adelante, haciéndola un tanto predecible. Y otra situación que yo, como empleado de Tecnologías de la Información, lamenté no ver, fue que explicaran un poco más sobre el funcionamiento de la máquina -sí, es algo que hubiera sido más propio para un documental, pero hubiera sido perfecto entenderlo-.

Otro detalle que no agrada es la trama de Turing cuando es niño. En lo particular sentí que el joven actor Alex Lawther, más que interpretar a Turing terminó imitando a Cumberbatch en su actuación, dejando mucho que desear. Estos detalles son razones suficientes para hacerme entender que la cinta esta lejos de las favoritas como Boyhood o Birdman de ganar premios importantes, pues no logra una consistencia en toda la cinta y se termina segmentando en momentos buenos y mediocres.

Tiene un buen trabajo de fotografía y la banda sonora pudo haber dado más batalla. Al inicio, me gustó el trabajo que realizan con la música pero luego se pierde cuando avanza la cinta.

El Código Enigma es una cinta que van a disfrutar aquellos que usan una computadora y aprecian la presencia de este poderoso dispositivo en nuestra vida diaria. También disfrutarán el mensaje que lleva entre líneas la película y el valor histórico que tuvo el invento de Turing para vencer a los nazis. No cabe duda que, aunque no se vaya a llevar muchos premios en esta temporada, la cinta va a dejar precedente al ver a Cumberbatch y al director de la cinta, Morten Tyldum, en proyectos que podrían ser muy reconocidos en el futuro.

Calificación: 8.5