En los últimos años del gobierno de Josef Stalin, hubo una regla: «no puede haber crímenes en el paraíso». Bajo esa consigna, intentaba imponer una utopía donde no había delincuencia, justificando los crímenes como «una influencia del capitalismo». Eso sí, sin ocultarse una tremenda persecución de las autoridades a todo aquel que no estaba de acuerdo con las reglas políticas del dictador soviético.

Esta regla es la excusa principal para explorar la historia de Crímenes Ocultos (Child 44), dirigida por el director sueco Daniel Espinosa y que cuenta con las actuaciones de Tom Hardy, Gary Oldman, Noomi Rapace y Joel Kinnaman, entre otros actores. ¿Qué nos pareció la cinta?

Leo Demidov es un agente de la KGB que, tras la guerra, le permiten tener una vida estable, misma que pierde cuando su esposa es acusada de espionaje, y en su afán de protegerla, acepta ser removido de su posición e irse a una pobre ciudad industrial como policía. Mientras eso ocurre, Demidov comienza a investigar una serie de misteriosas muertes de niños que al parecer han quedado impunes en el sistema.

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De agente de la KGB a fugitivo de un sistema que es injusto.

Basada en la novela de Tom Rob Smith del mismo nombre, la historia nos promete una trama llena de intrigas, inquietudes políticas y fundamentos históricos para mostrarnos una Unión Soviética donde era imposible pensar sin ser víctima de la fuerza que tenía el gobierno de Stalin, pero también de mostrarnos la fuerza que podían tener algunas autoridades para destrozar la vida de algunas personas con solo dar dos o tres órdenes precisas. Aquí las cuestiones de espionaje, los crímenes injustos y la impunidad andan a la orden del día, y pocos se pueden salvar.

Y el thriller pudo haber sido formidable, de no ser porque algo se perdió en la sala de edición, la cinta dura más de dos horas y se ve claro que algunas escenas se perdieron o el director no supo aterrizar algunos fundamentos, como platicar del pasado de los personajes principales y que no explican la forma de actuar de algunos personajes. De hecho los dos eventos principales de esta historia no logran conectarse a la perfección y el público no llega a entender la razón por la cual uno de los eventos afecta al otro, simplemente al jalar el nudo de un evento, desnudas al otro y ya, no hay más que decir, ya estás viendo el final de la película sin explicación razonable.

Lo mas aceptable del filme son las actuaciones de los actores principales, especialmente Tom Hardy, quien sabe manejar bastante bien a su personaje y da el soporte necesario para llevarse la película a cuestas. Noomi Rapace, quien vuelve a actuar como pareja de Hardy por segunda vez (la primera fue La Entrega, el año pasado), da un personaje que nos da algunos momentos buenos de actuación y resultan interesantes los giros de tuerca que muestra su rol en la cinta.

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Gary Oldman aparece poco pero le roba las escenas a Hardy.

Gary Oldman, pese a lo breve y acartonado de su personaje, sabe llevarlo bien e incluso se roba las pocas escenas que tiene con Hardy (hasta casi le da una lección de como hablar con acento ruso sin caer en balbuceos), mientras Vincent Cassel y Joel Kinnaman dejan mucho que desear en personajes poco efectivos que buscan reflejar la brutalidad y corrupción de ciertas autoridades, pero con pocos fundamentos para convencernos de sus actos.

Si bien hay varios momentos en la película donde el director sabe manejar bien la cuestión dramática, e incluso sabe alimentar muy bien las tensiones en las escenas que implican una persecución, su punto débil está en las pocas escenas de acción, donde la cámara flaquea al estar tratando de moverse buscando tomar toda la acción posible, como en la escena inicial de la cinta -una batalla de la Segunda Guerra Mundial, donde se percibe una exageración en el uso de la cámara temblorosa que hizo tan popular la saga de Jason Bourne-.

Crímenes Ocultos tenía una buena historia y un reparto aceptable para haber sido una cinta que aspirara a algo más que rellenar una cartelera. Sin embargo, la falta de fundamentos para cerrar bien los cabos de la trama y la poca justificación de los antagonistas, matan una buena idea y termina convirtiendo a la cinta en una opción para pasar el rato en el cine, un rato muy largo, por cierto.

Calificacion: 6.5