Hola banda, espero que estén muy bien. En esta ocasión toca reseña de un juego glorioso de estrategia, el cual es mi favorito personal, hablo de Civilization V.

Civilization V es un juego desarrollado por Firaxis Games y distribuido por 2K. Es la quinta entrega de la saga de juegos de estrategia Civilization, cuenta con su más reciente DLC: Dioses y Reyes.

Mientras que juegos como Age of Empires, Age of Mythology o la saga de Imperium son juegos de estrategia en tiempo real, Civilization V es un juego de estrategia por turnos, lo que te da la oportunidad de administrar y acomodar tus recursos y unidades a tu antojo y con toda la calma del mundo (lo cual es una bendición para las personas que vivimos peleados con los juegos de estrategia en tiempo real y que nada más no damos una en ellos).

Al ser un título por turnos, uno se podría imaginar que parece un juego de mesa ¿Pues qué creen? Que sí, realmente lo parece; debido a que el campo o «tablero» parece precisamente un tablero de juego de mesa dividido en hexágonos y además, el estilo gráfico del juego, te hace sentir como si las unidades estuvieran hechas de plástico y cobraran vida a tus ordenes.

 

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El movimiento de las unidades depende de cuantas acciones tenga disponible dicha unidad. Digamos que tengo a un guerrero jaguar y tiene 7 movimientos; puedo hacerlo avanzar 6 «casillas» (hexágonos del mapa) y usar el movimiento que me queda para atacar a una unidad enemiga que se encuentre en dicha casilla. Lo mismo sucede con las demás unidades, pero cada una es diferente por las habilidades con que cuentan.

Una vez decididos a iniciar una nueva odisea y entrarle a las patadas (o sea iniciar una nueva partida), podremos elegir entre 18 pintorescas y muy particulares civilizaciones: Alemania, Estados Unidos, india, Egipto y a los mismísimos Aztecas. Cada civilización cuenta con un líder representativo, unidades de combate y edificios que sólo esa civilización puede utilizar y alguna ventaja dentro del juego. Por ejemplo: Si elegimos jugar con los Aztecas, jugaremos con Moctezuma, sólo nosotros podremos utilizar al guerrero jaguar y edificar los jardines flotantes,  además de contar con la ventaja de poder sacrificar unidades enemigas que capturemos para obtener beneficios. A todo esto le podemos sumar que las ciudades fundadas con cada civilización contarán con los nombres de ciudades representativas de esta; en el caso de los Aztecas nuestra primera ciudad (y por lo tanto la capital) será Tenochtitlán, con Estados Unidos será Washington y así respectivamente con cada civilización

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Adicionalmente se agregaron 7 civilizaciones más al juego con el DLC: Dioses y Reyes, entre las cuales se encuentran Mongolia, España, Dinamarca.

Un añadido extra es que no sólo podemos elegir una civilización, sino también podremos cambiarle el nombre a al líder, a las unidades y a la civilización entera, ósea que como a mí me gusta jugar con los mongoles, pero no me gusta ni el nombre de Mongolia ni su líder, Gengis Khan, puedo llamarla «Raffikyngolia» y que el líder sea Raffikyx el Grande. A algunos les parecerá algo inútil, pero a mí me encanta ese detalle que tiene el juego.

Al inicio de la partida,  podemos elegir la dificultad, la distribución del mapa (continentes, islas, pangea) y de los recursos, el año de inicio, las formas de ganar y el número de jugadores, lo cual va ligado directamente al tamaño del mapa; si elegimos solamente dos jugadores, no habrá necesidad de un mapa muy grande, así mismo cuando elegimos 14, el mapa será enorme.

Las mecánicas de juego son sencillas, iniciamos con dos unidades: un colono y un batidor. Los colonos son las unidades que pueden fundar ciudades y los batidores nos sirven para explorar el mapa que, de principio, estará cubierto por una densa niebla blanca. Una vez fundada nuestra primera ciudad, tendremos que elegir una producción para esta. Esto va desde generar una unidad de combate, un colono, un trabajador o algún edificio. Los tiempos de producción se miden en turnos, así que más vale elegir bien porque esa ciudad no producirá otra cosa hasta terminar lo que esté haciendo.

Con el tiempo y al fundar más ciudades, crecerán tus fronteras, lo cual te permite adueñarte de los valiosísimos recursos que allí se encuentren, por eso es bueno revisar bien el territorio antes de construir una ciudad, ya que los recursos nunca se acaban; si dentro de una casilla que te pertenezca hay mineral de oro, elefantes, mármol o caña de azúcar, vas a poder extraer ese recurso hasta el fin de los tiempos.

Puedes construir ciudades casi en cualquier lugar; y digo casi porque las demás civilizaciones te la van a hacer de a pedo cuando se te aloque y te pongas a extender tus dominios indiscriminadamente y ellos sientan que les estas robando terreno. La interacción con otros personajes es un tanto extraña, pero entretenida, ya que con todas las civilizaciones que descubras puedes aliarte, realizar intercambios comerciales, hacérselas de a tos por algo o de plano declararles la guerra. En los intercambios puedes ofrecer cierta cantidad de recursos por algunos turnos a cambio de un trato igual de justo. Por ejemplo: Si yo tengo dos plantaciones de caña de azúcar y Gandhi no tiene ninguna, pagará buen dinero si le ofrezco el producto de una de esas plantaciones durante 25 turnos, o bien, le pido que me envié algún recurso del que yo carezca durante la misma cantidad de turnos. El comercio y la economía en este juego están muy bien cuidados, no es posible convertirte en un todólogo y estar pudriéndote en dinero mientras tienes el mejor ejercito del mundo y la expansión territorial más grande; sin que el juego te obligue a nada, tú mismo elegirás el camino hacia la conquista mundial.

 

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El mapa estará ocupado por las «ciudades estado», pequeñas ciudades que no compiten para ganar y que dependen de civilizaciones grandes para aliarse o declararse la guerra. Pueden ser conquistadas fácilmente si es que no están aliadas ya con otra civilización que no tardará en hacértela de pedo cuando vea que te estás pasando de lanza con esa ciudad estado aliada. O bien, puedes aliarte con ellas, hacerles el paro si lo necesitan al enviarles recursos o defenderlos en guerra, con lo cual ellos devolverán el favor.

El juego cuenta con un sistema de avance en el tiempo muy bien implementado. Puedes iniciar desde la antigüedad (año 400 D.C), o si lo deseas, puedes iniciar desde la edad moderna, con todas las ventajas tecnológicas que esto conlleva, esto gracias al sistema de avances tecnológicos que funciona más o menos como la producción en las ciudades. Eliges una investigación de un árbol de progresión, esperas cierto número de turnos y eliges otra. Con cada investigación que realices recibirás recompensas y avances tecnológicos, por ejemplo: decides descubrir la ganadería; ahora puedes extraer pieles a las vacas que se encuentren en alguna de las casillas que te pertenecen, o decides descubrir la rueda, eso te permite fabricar el lancero en carro: una unidad que puede avanzar muchas casillas cada turno y causar mucho daño. Al completar ciertas investigaciones puedes avanzar en la historia y pasar de la edad antigua a la medieval, luego al renacimiento, la edad moderna; con lo cual dispondrás de más y mejores investigaciones que realizar, como la pólvora que te permite crear a los oficiales armados y los cañones, posteriormente los tanques, aviones.

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Además de la ciencia, también podremos adoptar políticas, esto es menos ostentoso y complicado, ya que se reduce a pequeñas ventajas que podremos elegir entre los diferentes tipos de políticas. Es decir, si eres un jugador que busca conquistar y eliminar a todo incauto que se te atraviese, te convendrá adoptar una política autocrática, con lo que costará menos turnos producir unidades de combate y costará menos oro mantenerlas. Sí, en este juego los soldaditos y los trabajadores tienen sueldo, y hasta los edificios más importantes necesitarán de mantenimiento, lo cual requiere cierta cantidad de oro por turno. Pero no te apures, todo esto es automático y sólo tienes que meter mano cuando de plano el juego lo requiera porque te estés alocando y tengas un ejercito demasiado grande para costear los sueldos y el mantenimiento de todas tus unidades, así que cuidado.

Y ustedes dirán que todo esto esta padre y toda la cosa, pero ya se estarán preguntando como demonios de gana una maldita partida. Pues bien, hay diversas formas de ser la civilización más cabrona y no nada más se trata de repartir fregazos y dejar en ruinas a las demás civilizaciones (pero claro que se puede). Una manera es la «victoria por diplomacia», que consiste en que una vez creada la ONU, reúnas una sustancial cantidad de votos para ganar, o sea que tienes que tener muchos aliados para esto. La «victoria cultural» es cuando tu civilización deslumbra al mundo con sus construcciones,  teniendo una enorme cantidad de monumentos. La «victoria por ciencia» se logra al avanzar lo suficiente tecnológicamente para lanzar una nave espacial y llegar a otra constelación. La «victoria por puntos» es cuando al llegar al límite de turnos eres el jugador que reunió más puntos (por economía, cultura, religión, ejercito. Y mi favorita: La «victoria por dominación», que se logra conquistando a más de la mitad de todas las civilizaciones del mundo a punta de fregazos. Lo bueno de todo esto es que antes de iniciar la partida puedes configurar si quieres que se gane por cultura, religión, puntos, dominaciòn o diplomacia, además de poder quitar el límite de turnos y de tiempo para que una partida pueda durar literalmente horas. Puedes simplemente configurar la partida para que sólo se gane por ciencia, o que se gane por dominación, por diplomacia, o por dos o tres maneras diferentes, tú decides. Personalmente me importa un demonio ganar o no la partida, ya que una vez decidido un ganador, puedes continuar jugando sin problema alguno, ya no puedes ganar, pero te puedes seguir divirtiendo.

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El DLC de Dioses y Reyes añadió, a grandes rasgos, 7 nuevas civilizaciones y dos mecánicas interesantes: los espías y la religión. Los espías aparecerán en todas las civilizaciones cuando alguna de ellas llegue al renacimiento. Puedes enviarlos a otra civilización para obtener información importante, como conspiraciones contra ti o alguien más o para obtener tecnologías gratis. Por otro lado, puedes fundar tu religión a partir de que edifiques un templo; tu religión puede ser una ya preestablecida (como el cristianismo o el judaísmo) o una nueva, formada por «pedazos» de otras religiones, con la finalidad de que los beneficios de tu fe a esa religión se adapten a tus necesidades y a tu modo de juego.

El estilo gráfico del juego es muy poco realista y a ratos es hasta caricaturesco, lo cual está más que perfecto, en ningún momento sientes que el juego se te pone pretencioso y quiere jugar a que la guerra es horrible y tus soldados la están sufriendo por tu culpa. Pero no me mal entiendan, el que sea poco realista no quiere decir que sea malo, al contrario, el juego tiene mucha calidad gráfica, ya que cuenta con efectos muy vistosos tanto visualmente como en el apartado de audio,  las animaciones de combate y movimiento en general, detallitos como los elefantes en las casillas que tienen marfil, pequeños zorros en las casillas que contienen pieles y cosas por el estilo. Además es bastante amable con las computadoras de bajo rendimiento, al poder configurarse en resoluciones bajas, quitar las sombras, bajar la calidad de detalle en los modelos y de plano quitar la niebla para reemplazarla con un hexágono negro donde se requiera. Y si de plano tu compu no puede con esto, Civilizacion V puede jugarse en una especie de modo «tablero de juego de mesa» donde únicamente ves los hexágonos que componen el tablero, acompañados con sus respectivos indicadores de recursos, unidades y demás información que lo hacen perfectamente jugable.

 

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Ya no hay pretexto por el cual no puedas al menos darle una checada a este excelente juego de estrategia por turnos, que tiene el potencial de sacarte horas y horas de diversión sólo o checando el multiplayer para compartir la experiencia con un amigo. Si te gustan los juegos de estrategia, pero no se te da muy bien eso del tiempo real, Civilization V es una excelente opción. Ahora que, si nunca te han llamado la atención este tipo de juegos, dale una oportunidad, es de lo más fresco, entretenido, duradero, divertido y desafiante que he probado en mucho tiempo. Vale cada centavo que pagues por el y recomiendo ampliamente que también consigan el DLC: Dioses y Reyes, agrega características muy padres y a los poderosísimos mongoles, listos para sodomizar al mundo.

No puedo recomendar más este juego, prueba Civilization V o muere.