Tom Ford es una de esas personas que traen una que otra sorpresa escondida bajo la manga. Siendo un diseñador de modas, fue sorprendente que dejara de pronto el mundo de los vestidos y las pasarelas para sentarse en el banquillo de director y llevar a Colin Firth a hacer una gran actuación en la película A Single Man y, de paso, una de sus tantas nominaciones al Óscar.

Su segunda cinta se estrenó este fin de semana en México, Animales Nocturnos, basada en la novela Tony y Susan de Austin WrightFord dirige a un elenco que es encabezado por Amy Adams, Jake Gylenhaal, Aaron Taylor-Johnson, Michael Shannon, Isla Fisher, Arnie Hammer y Laura Linney entre otros actores.

Adams interpreta a Susan Morrow, una millonaria curadora de arte quien recibe un paquete de su ex-marido Edward Shieffeld, el cual contiene su primera novela, Animales Nocturnos. Mientras va leyendo las páginas de esta novela, se va contando ante nuestros ojos el relato de un hombre que busca justicia tras ser atacado por su familia por un grupo de delincuentes, Susan se dará cuenta que, en el fondo, hay un mensaje oculto de Edward hacia ella.

Amy Adams interpreta con firmeza a una curadora de arte con un oscuro pasado.

Es difícil abordar una película donde te cuentan una historia y al mismo tiempo otra historia dentro, lo cual no es nuevo. Ahí tenemos el caso de La Esposa del Teniente Francés, donde Meryl Streep interpretaba a una actriz que interpretaba a un personaje que sostenía un romance intenso en una película y su galán era un amante del pasado, forzando a notar el duro esfuerzo del personaje principal en separar la ficción de la realidad.

Animales Nocturnos intenta eso, aunque con más elementos que complican la narrativa, pues no solo estamos viendo el tiempo presente que nos cuenta los eventos de Susan, no solo la historia que está leyendo donde, salvo el caso de Gylenhaal, todo el elenco es distinto, además también tenemos flashbacks que complementan la relación pasada entre Susan y Edward, un pestañazo y de pronto puedes caer en algunos momentos en confusión.

Tenemos a un director que sabe sacudirse ese problema, dando el timing correcto en varios momentos de la película, decorando las escenas de la novela con una fotografía formidable, retratando el sofocante desierto, pero también los hermosos amaneceres que se pueden dar en el lugar, mostrar con frialdad los momentos intensos de la trama. De hecho, la novela por sí sola, pudo haber sido una sola película e, incluso, sería contendiente por los Óscares del próximo año.

Aaron Taylor-Johnson abandona los superhéroes para darnos al villano más odiado del año.

No obstante, los segmentos del presente se opacan ante ese esfuerzo de Ford por contar esos eventos, al grado de que el drama personal que Susan tiene con su ex-marido (y, encima, los problemas que tiene en el presente), pierden mucha fuerza ante la sub-trama que liderean Gylenhaal, Taylor-Johnson y Shannon. De hecho, se tiene que poner mucha atención en esas breves escenas del presente y los flashbacks para entender la razón de la crudeza y tristeza de la novela.

Y no es que sea aburrido el drama que sostiene Susan, quien tiene sus momentos de profundidad en la única escena donde sale Laura Linney y nos muestra sus credenciales artísticas sin ningún problema. Hay otros dos momentos que pudieron haber dado para más, sobre todo al final de la cinta, pero quedan como bonitos retratos ante el tormentoso final que le espera a la novela que está leyendo, una novela que le sacude su vida, su conciencia, su psique, pero que no llega a mostrar con tanto detalle el por qué.

Cuando tenemos algo así, no podemos culpar tanto al guión sino a la forma en que fue ejecutado y entonces el director es el culpable de que, probablemente, salgas con más preguntas que respuestas del cine.

Aunque distante de lo que vimos en Primicia Mortal, Jake Gyllenhaal da un doble personaje conmovedor.

En las actuaciones, vemos a una Amy Adams quien sostiene bien sus segmentos, aunque no parece ser esta su mejor actuación del año (definitivamente muy superior a su Louis Lane, pero, tenemos que decirlo, tienen que verla en La Llegada), pues el matiz de sensaciones y sentimientos que muestra en la cinta es un tanto limitada, pero aun así logra sostener el segmento de filme que le toca liderar.

Quizá no es lo mismo con Jake Gylenhaal pero cuando tiene que soltar los sentimientos lo hace de manera genuina y tiene una actuación honesta, aunque le va a costar trabajo que esto lo empuje hacia premios importantes, caso contrario con la actuación de Aaron Taylor-Johnson, quien interpreta a un criminal cínico, despiadado y que no dudamos ni tantito que es el personaje más odiado que va a tener varias nominaciones. Ya tiene una en los Globos de Oro y otra en los SAG Awards.

De hecho, la primera escena donde vemos a este personaje nos hace presentir la oscuridad que tendrá toda esta trama y, peor aún, que vendrá de parte de alguien a quien desearíamos no cruzarnos en el camino, hombre o mujer, bueno o malo. Definitivamente el actor, famoso por sus superhéroes, ha logrado una de las mejores actuaciones de su carrera.

La novela dentro de la novela se roba, sin duda, toda la atención de la trama.

Laura Linney, con unas cuantas líneas, sorprende y uno no puede dudar que pudiera quedar nominada a Mejor Actriz de Reparto, una frialdad con la que sostiene una conversación como la madre de Susan que predice el oscuro futuro que le espera y que aún trata de mantener firmeza ante la obvia respuesta de su enamorada hija. Un excelente momento que merece.

Otro de los rubros donde la cinta tendrá buenos resultados será la fotografía donde el trabajo de Seamus McGarvey con un excelente trabajo de luz para reflejar con tonos oscuros la soledad y desesperación de algunos personajes, o con un poco más de blanco cuando vemos los momentos agradables de la trama. De la banda sonora, siento que fue un tanto sensacionalista la manera en que Ford mete notas aquí y allá como intentando jugar a ser un poco Lars Von Trier, pero no es tan memorable el trabajo de Abel Korzeniowski.

Es complicado pensar si Animales Nocturnos tiene suficiente material para llevarse premios importantes en los Globos de Oro y los Óscares, pues en un concepto total, no alcanza a tener ese perfil que le haga acceder a los premios más importantes del cine hollywoodense, pero Ford hace notar que ya no es el burro que tocó la flauta y si lo desea, podría tener acceso a seguir haciendo excelentes producciones, es solo cuestión de práctica y que los estudios le tengan mucha paciencia.

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